Un año más, y como es tradicional, la procesión de Nuestra Señora del Mar puso el punto y final a las fiestas de la barriada isleña de Punta del Caimán. Unas fiestas que se han celebrado desde el pasado 22 de agosto en honor a la Virgen del Mar y que han estado cargadas de emotivos momentos.
La procesión contó con la presencia de la alcaldesa de Isla Cristina, María Luisa Faneca, que estuvo acompañada por otros miembros del equipo de Gobierno local y la corporación municipal. También se dieron cita el párroco de la localidad, Carlos Javier Rodríguez Parra; el sacerdote Jesús Martín Franco; el patrón mayor de la cofradía de pescadores isleña, Mariano García; el alcalde de La Redondela, Salvador Gómez; el presidente del Consejo de Hermandades y Cofradías isleño, Antonio Peña, y representantes de las distintas asociaciones religiosas y hermandades y cofradías de gloria y penitencia de la localidad y de municipios vecinos.
La alcaldesa isleña señaló que la procesión es uno de los momentos “más esperados, por la devoción que se le tiene a esta Virgen”. Sobre las fiestas subrayó que “cientos de personas han disfrutado de las mismas, convirtiéndose en un referente en la provincia de Huelva”. Faneca añadió que las fiestas “se han desarrollado con total normalidad”.
La Virgen estuvo acompañada por cientos de fieles y la procesión salió puntual de su parroquia portada por una cuadrilla de mujeres ‘mandadas’ por María Casado, hermana mayor de la hermandad y presidenta de la asociación de vecinos El Caimán, para dirigirse al monumento al marinero, lugar en el que como cada año se rindió homenaje a los hombres que perdieron su vida en la mar. Posteriormente la comitiva siguió su camino hacia la lonja pesquera, no sin antes hacer su tradicional visita a la parroquia de Nuestra Señora de los Dolores, lugar en el que un año más le cantaron unas emotivas sevillanas.
Ya en el puerto pesquero, la imagen fue embarcada en El Martiño, llegando uno de los momentos más esperados del recorrido procesional, para navegar y bendecir las aguas isleñas. Una vez realizada la travesía, la Virgen desembarcó en la playa del Cantil y continuó su procesionar por las calles de su barriada hasta bien entrada la madrugada.
La Virgen se recogió pasadas las cinco de la mañana, dando comienzo a la tradicional puja de la vara que en esta ocasión fue subastada por 7.000 euros y con la que se quedó la isleña y vecina de la barriada Rosa Ángeles Yegua López.