Se encuentran presentes en todas las personas y participan en el drenaje e irrigación de la región anal, además de cumplir un rol en la mecánica de la defecación. Sin embargo, cuando producen síntomas, se habla enfermedad hemorroidal. Si tras defecar surgen hilos de sangre sobre tus heces, hay muchas posibilidades de tener hemorroides.
La enfermedad hemorroidal (almorranas) son varices o inflamaciones de las venas en el interior del recto y el ano. Según señala el médico naturópata Julio Villarroel la causa principal de las hemorroides es el estreñimiento, debido sobre todo al esfuerzo que se hace en la zona del recto para defecar. Otras causas que pueden provocarlas son la obesidad, una dieta pobre en fibra, la permanencia demasiado tiempo sentado, el abuso de laxantes y a veces, incluso el embarazo. El dolor, el picor, y la sensación de ardor en el ano y hasta la presencia de sangrado rectal son síntomas que anuncian su presencia.
Las
hemorroides patológicas pueden ser internas, si se encuentran por arriba de la línea pectínea o dentada del conducto anal, y externas las que se encuentran distales o por debajo de la línea dentada (cuando se proyectan fuera del ano). Las hemorroides internas pueden ser clasificadas en cuatro grados.
Existen remedios naturales de Herboristería medicinal con efectos calmantes que ayudan a rebajar la inflamación y mejorar la circulación sanguínea, como ejemplo la manzanilla, el perejil, el pino, el llantén y el saúco son muy útiles y efectivos para combatir esta extendida dolencia.
Sin embargo, según recalca el Dr. Villarroel la clave para prevenirlas es tener una dieta rica en fibra, aspecto clave para evitar el estreñimiento. En efecto la ingesta diaria de verduras, frutas y cereales integrales, así como de un mínimo de 2/3 litros de agua, logrará un adecuado control de evacuaciones diarias y sin esfuerzo. Por último, si además añadimos caminar 15 a 20 minutos diarios mejorará la circulación a todos los niveles, ayudándonos a mantener la forma física y a rebajar peso.