La Policía británica ha acusado formalmente este sábado a cuatro hombres de intentar infiltrarse en los sistemas informáticos del Banco Santander en Reino Unido para robar millones de euros.
La operación, llevada a cabo ayer por la Unidad Central de Delitos Informáticos, se saldó inicialmente con una docena de detenidos que intentaban piratear una sucursal del Santander en el sureste de Londres.
Los cuatro imputados han sido identificados como Lanre Mullins-Abudu, de 25 años, Dean Outram, de 34 años, Akash Vaghela, de 27, y Asad Alí Qureshi, de 35. Los otros ocho detenidos han sido liberados bajo fianza pero tendrán que someterse a nuevos interrogatorios en el caso de que la Policía así lo solicitara.
La Policía detectó un dispositivo colocado en una sucursal de la filial británica del Santander en Surray Quays (Londres) que habría permitido a los sospechosos descargarse datos de los ordenadores del banco.
Los agentes realizaron las primeras once detenciones en Hounslow, una localidad próxima a Londres, en relación con un presunto complot para robar Santander UK. Posteriormente, y también en relación con este caso, fue detenido otro hombre de 34 años de edad en Vauxhall Bridge Road.
La Policía ha calificado el intento de asalto como "muy significativo y audaz" y señaló que los arrestos se llevaron a cabo tras una prolongada operación de inteligencia desarrollada por la unidad de ciberdelitos, así como por la colaboración del sector bancario, que evitó pérdidas "multimillonarias" para el Santander UK en el centro comercial de Surrey Quays.
En concreto, los presuntos delincuentes habían introducido un dispositivo KVM, que permite visualizar el teclado, en un ordenador de una sucursal del Santander UK, lo que permitía obtener los datos de la computadora y hubiera permitido a los sospechosos hacerse con el control de los ordenadores de la oficina de manera remota.
En relación con esta operación, agentes de la Policía británica han llevado a cabo registros en varios inmuebles de las localidades de Westminster, Hounslow, Hillingdon, Brent y Richmond.
"Se trataba de un plan sofisticado que hubiera provocado grandes pérdidas al banco y hasta ahora es el caso más significativo de este tipo que nos hemos encontrado", declaró el inspector Mark Raymond, quien agradeció la ayuda prestada por el sector bancario durante las investigaciones.