La investigación se inició el pasado noviembre en Zaragoza a raíz de las denuncias por robo en el interior de domicilios. El botín de estos ilícitos consistía en dinero, joyas y diversos efectos personales, según informó la Policía en un comunicado.
Los investigadores descubrieron que los autores de los robos residían en Madrid, en concreto, en los distritos de Usera y Carabanchel, y establecieron un dispositivo policial para conseguir la detención de los implicados, todos ellos con edades comprendidas entre los 21 y los 44 años.
Agentes del Grupo XVI de la Udyco de la Brigada de Policía Judicial de Madrid, en colaboración con el Grupo II de la misma unidad de la Brigada de Zaragoza, vieron sus investigaciones dificultadas por la alta movilidad de la organización, cuyos miembros se desplazaban con frecuencia a las ciudades de Burgos, Guadalajara o Cádiz para cometer los robos e inmediatamente regresaban de vuelta a Madrid, donde tenían sus domicilios.
Además, los delincuentes seleccionaban cuidadosamente los objetos que sustraían en sus asaltos, en su mayoría dinero en metálico o efectos anónimos, para evitar su identificación por parte de sus propietarios en caso de ser recuperados por la Policía y dificultar así su imputación en la autoría de estos hechos.
'KIT DEL BUTRONERO' OCULTO EN CUATRO ZULOS
El grupo criminal disponía de cuatro 'zulos' en los que ocultaban los útiles para cometer los robos, entre ellos mazas, hachas, palanquetas, radiales, y los ubicaban en parajes de difícil acceso. Con frecuencia, se trataba de oquedades cubiertas por escombros o ramas que, según los investigadores, caracteriza el 'modus operandi' de estos grupos.
La red accedía a estos escondites sólo instantes antes o inmediatamente después de perpetrar sus acciones. En los registros practicados, se localizó el conocido como 'kit del butronero', compuesto por guantes, gorros, linternas, palanquetas, hachas, mazas o radiales, entre otros efectos.
Los detenidos únicamente tenían en sus domicilios los inhibidores de frecuencia con los que vulneraban los sistemas de alarma porque, en caso de pérdida su reposición no era tan sencilla como la del resto de herramientas.