(Recupero un artículo que publiqué en julio de 2004 en un diario onubense, y que voy a reproducir de manera íntegra –si ustedes me lo permiten- porque es que no tiene desperdicio en lo relacionado con la supuesta titularidad que quieren ejercer determinadas ciudades en cuanto a la gestión y difusión de todo lo relacionado con América. Que les escribo a continuación lo que se decía en ese artículo, hace ya casi 10 años, al respecto)
     Aparte de que estoy de acuerdo con la frase: “No entiendo que le hayamos dado la espalda a los temas americanos en este país de manera tan abierta”, el humanista y organizador de empresas, Miguel Sánchez Montes de Oca, en una entrevista publicada este fin de semana en un periódico sevillano y en referencia exclusiva a Sevilla, se deja caer con lo siguiente: “Es verdaderamente deplorable que Sevilla no tenga una Casa de América. Sevilla, una ciudad de donde nace la aventura americana porque se fragua en los paralelos 45 y 47 que están aquí, donde hoy está su Archivo de Indias que es algo fundamental para entender la historia de América”.
     “Sevilla, que cuenta con una Institución Colombina donde están los documentos del propio descubridor con sus anotaciones hechas a mano, una Escuela de Estudios Hispanoamericanos, un Club La Rábida, una especialidad en Historia de América”. “Aquí, en Sevilla, se palpa América en la calle. Las jacarandas, azules y rojas, se desarrollan en América. El habla, la dulzura del clima, que es de las Américas”. “Buenos Aires está hecha a imagen y semejanza de Sevilla, del río para arriba”. “Lo que define a Sevilla es el río de América”. “Si hay algún sitio que defina lo americano es éste”…
     Pues, más claro el agüita del Guadalquivir. Hombre, don Miguel, no sea usted así. No nos restriegue por nuestros ojos secos las excelencias americanistas de Sevilla. Que conste que yo le entiendo y, además, me gustaría saber qué piensa acerca de lo que “pintó” Huelva en la denominada gesta americana. Pero ha de comprender que sus palabras causan un poquito de rabia mezclada con envidia. Ya sabe, amigo, aquí en la vieja Onuba también disfrutamos de Colón y sus “cosillas”, caramba.