El 20 de este mes se cumplió el sexto aniversario del comienzo de la agresión armada a Irak, lo que dio lugar a los bombardeos, la ocupación y una guerra ilegal, genocida y contra la comunidad internacional que ha generado unos setecientos mil muertos e innumerables desgracias entre la población de aquel país. Cuatro días después comenzaba en Madrid el juicio contra algunos de los presuntos responsables de las desgracias del Yak-42, casi seis años después del accidente que costó la vida a 62 militares españoles de la guerra de Afganistán. En medio de ambas fechas se ha producido la metedura de pata de la ministra de Defensa sobre la retirada de nuestras tropas de Kosovo, anuncio que provocó desde el PP una protesta contra el Gobierno por tomar decisiones al margen o en contra de la comunidad internacional. Por las mismas horas se nos informaba de un libro editado por la Diputación de Castellón y prologado y elogiado por su presidente, Carlos Fabra, en el que se glorifica a Franco y su régimen. Con el dinero de usted y con el mío. Todo ello a continuación del guillotinazo a la comisión investigadora de la
Asamblea de Madrid y del cierre definitivo de la investigación abierta en el PP nacional, en relación con los escándalos de espionaje político de la Comunidad capitalina. Y todo ello también en el paisaje de la presunta y generalizada corrupción que afecta al mismo partido, intentada acallar por la ofensiva contra una serie de instituciones básicas a las que se acusaba y acusa de los peores atropellos y delitos por denunciar o investigar todas aquellas circunstancias. Y ahora resulta que lo grave aquí es la metedura de pata de Carme Chacón, mientras que todo lo reseñado forma parte de no se sabe qué sueños o conspiraciones contra el modélico partido de Aznar-Rajoy-Aguirre-Camps. No sé cómo sería la interpretación pictórica de todo esto en el caso de que tuviéramos la suerte de contar con Goya vivo en estos inicios del siglo XXI. Los aquelarres, sin duda. Mañana mismo me vuelvo al Museo del Prado y a ver qué pasa.