Juicios paralelos e irremediables

Independientemente del transcurrir de la Justicia en el caso del presunto delito de malversación de fondos públicos -muy lento, además, al parecer por la falta de contundencia de las pruebas aportadas-, se están produciendo de forma paralela dos juicios que siempre corren el riesgo de convertirse en temerarios en función de cómo se manejen los datos. Por una parte, el de la calle que se alimenta de la rumorología en el más amplio sentido de la palabra y cuya única conclusión es la acusación indiscriminada contra el robo que sufre el ciudadano más que contra los que lo perpetran; por otra, el político, no necesariamente desde las organizaciones políticas, que también, sino del mismo ciudadano que considera que quienes ostentan los cargos públicos son también los garantes de que no ocurran cosas como la que está ocurriendo. Y por ende, cuando ocurren, son responsables, al menos políticos, de que la ciudadanía sienta que alguien le siega la hierba bajo los pies.