Este enclave, integrado por un complejo de infraestructuras hidráulicas y una zona de regadíos tradicionales, constituye uno de los testimonios más representativos de la cultura del agua en el Parque Natural de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche. El conjunto tiene su primer referente documental en el siglo XVIII, si bien su antigüedad puede remontarse a la fundación de Cañaveral de León en el siglo XVI, ya que el propio caserío de la población se conforma a partir de la alberca conocida como La Laguna.

El nuevo Lugar de Interés Etnológico ocupa una extensión total de 11,35 hectáreas, al que se añade un entorno de protección de 4,1 hectáreas. La primera de sus zonas, denominada La Laguna, está formada por la balsa del mismo nombre, la acequia de El Pilar y el manantial y el depósito de Fuente Redonda, que abastece a todo el conjunto. 

La Fuente Redonda es un depósito circular y abierto, con poyete perimetral de planta octogonal construido en piedra caliza, mortero de cal y lajas de piedra en los bordes. Desde allí el agua se lleva por la acequia de El Pilar, de 90 metros de longitud y 1,5 metros de ancho, hasta La Laguna. Esta balsa es el principal elemento simbólico e identificador de Cañaveral de León. De planta ovalada y 862 metros cuadrados, actualmente sigue cumpliendo funciones de alberca de riego y lugar de baños. En torno a la zona de la Laguna se sitúan diversas edificaciones dedicadas a la transformación agroalimentaria, entre ellas una almazara y dos molinos. 

En cuanto a las huertas de El Ruedo, tradicionalmente se han destinado a cultivos de frutales y hortalizas en bancales, aunque parte de ellos han sido sustituidos por el pasto para el ganado. La zona, configurada a partir de la red de acequias que se desarrolla desde la Laguna, cuenta con un sistema de accesos y caminos rurales entre muros o ‘callejas’. Estas huertas han sustentado las formas de vida tradicionales de Cañaveral de León hasta la segunda mitad del siglo XX.