Maite Zaldívar, exmujer del que fuera alcalde de Marbella (Málaga) Julián Muñoz, ha ingresado este lunes en la prisión de Alhaurín de la Torre (Málaga) para cumplir la pena de dos años y medio de cárcel impuestos por un delito de blanqueo de capitales en una causa en la que también fueron condenados el propio Muñoz y la cantante Isabel Pantoja.
Zaldívar se ha desplazado este lunes hasta el centro penitenciario malagueño, donde también se encuentra su exmarido y donde le esperaban los medios de comunicación. Ha llegado junto a su pareja y a sus dos hijas. La pasada semana, su hermano, Jesús Zaldívar también ingresó en esta misma prisión para cumplir la misma pena de dos años y medio de cárcel por la misma causa.
La Sección Segunda de la Audiencia de Málaga inició la ejecución de la sentencia en esta causa por blanqueo de capitales, y dio a los condenados un plazo para que procedieran al "cumplimiento voluntario" de la pena de cárcel impuesta "con el apercibimiento de que, de no procederse al cumplimiento voluntario de la pena de prisión se decretará su busca y captura e ingreso en prisión".
Asimismo, la Sala instó a los acusados a que en el mismo plazo pagaran la multa a la que fueron condenados en cada caso. En lo que respecta a Maite Zaldívar, el Tribunal Supremo, tras aceptar el recurso de la defensa, rebajó la pena de prisión de tres años y tres meses a dos años y medio; y también la cuantía de la multa a 1,7 millones de euros.
Aunque inicialmente la defensa pensó en pedir a la Audiencia malagueña que paralizara la ejecución al haber un recurso ante el Tribunal Constitucional, en el que se había pedido la suspensión de condena, finalmente la decisión tanto de Maite como de su hermano Jesús Zaldívar fue la de "acatar la sentencia en sus estrictos términos" e ingresar en prisión.
La sentencia consideró probado que durante el periodo de vigencia de su matrimonio, Maite Zaldivar "estaba al corriente de las actividades de su esposo, así como del origen del dinero en efectivo que aquél manejaba", señalando que Muñoz "llevaba cantidades elevadas de dinero al domicilio familiar, con una cadencia regular al margen de su sueldo legalmente establecido", siendo este lugar el elegido "para su ocultamiento, a la espera del momento adecuado para su afloramiento".
Así, de común acuerdo, ambos cónyuges adquirieron diversos bienes y sociedades, "sin que ninguna de esas operaciones fuera acompañada de retirada de dinero en efectivo ni de ninguna otra actividad de cargo o abono con las que se vean justificadas tales adquisiciones". Todas ellas tenían por objeto "invertir en la actividad económica legal, las ganancias procedentes de sus actividades ilegales y en todas ella evitaban que los bienes aparecieran a su nombre".
A partir de la separación de Muñoz, en 2003, a Zaldívar no le constan fuente de ingresos o sueldos, no obstante "realiza una serie de pagos en efectivo, sin que ninguno de ellos se haya visto, por otra parte, acompañado de operaciones de retirada de efectivo en cuentas bancarias, ni de ninguna otra de cargo o abono que los pudiese justificar".