Lo que el viento se llevó cumple 75 años. La película protagonizada por Vivien Leigh y Clark Gable, supuso una revolución tanto para la crítica como para el público. Una obra monumental que, como todo buen clásico del séptimo arte que se precie, encierra algunos secretos.
238 minutos de metraje, ganadora de 8 Oscar, más otro a título honorífico para William Cameron Menzies y dirigida por hasta cinco directores: B. Reeves Eason, Sam Wood, William Cameron Menzies, George Cukor y Victor Fleming. Estos son algunos de los datos de sobra conocidos sobre la adaptación a la gran pantalla de la novela del mismo título de Margaret Mitchell.
Ahora vamos a hacer un repaso a otras diez curiosidades y datos de ese clásico imperecedero que es Lo que el viento se llevó, cuatro horas de cine... con mayúsculas.
PRIMER OSCAR 'DE COLOR...'
Hattie McDaniel, quien interpretaba a una criada en la película, se convirtió en la primera mujer afroamericana en recibir el galardón de más prestigio del cine: El Óscar a Mejor Actriz de Reparto.
... Y PRIMER OSCAR EN COLOR
Y si hablamos los premios de la Academia, no podemos dejar pasar que Lo que el viento se llevó también recibió el Oscar a Mejor Película en la edición de la gala de 1939. ¿La curiosidad? Era la primera cinta que lo conseguía sin estar en blanco y negro.
CLARK GABLE NO ES DE LLORAR
El famoso Clark Gable no quería llorar en la película, y así se lo hizo saber al equipo de la película, amenazando con abandonar el proyecto. Algo que no llegó a suceder gracias a la actriz Olivia de Havilland.
EL CACHÉ DE LAS ESTRELLAS
Durante la producción, Vivien Leigh llegó a rodar hasta 125 días, cobrando 25.000 dólares. Gable, en cambio, ganó 120.000 dólares por tan solo 75 días, dejando claro quién era la estrella de la película.
Y LA ESCRITORA NO ES MENOS
Este éxito del séptimo arte está basado en la novela Lo que el viento se llevó. La autora del libro, Margaret Mitchell, cobró 50.000 dólares -una barbaridad por ese concepto para la época- por prestar los derechos para adaptar la historia.
¿CENSURA... POR UN BLEDO?
La censura de la época estuvo a punto de hacer que la famosa frase de Gable, "Francamente querida, no me importa", no pasase el corte por el uso de la palabra 'Damn' en su versión inglesa -por entonces una palabrota, hoy en día no tanto-. Los censores, finalmente, la dejaron en la cinta gracias a unos 'dólares extras'. En España la versión 'sin censura' fue traducida de forma blanda como "me importa un bledo".
PERO ESPAÑA NO SE SALVA
En España parece que aquello de 'untar' al censor no funcionó, o ni se intentó. Sea como sea, la película tuvo que esperar hasta 1950 para su estreno, tanto en Madrid como en Barcelona, generando gran expectación entre el público.
1.400 CANDIDATAS, SOLO UNA ELEGIDA
Dada la superproducción de la que se trataba, la película organizó un casting al que se presentaron, ni más ni menos que 1.400 mujeres para interpretar a Scarlett. Finalmente, fue la británica Vivien Leigh la elegida, a pesar de interpretar un papel sureño.
DE HERMANA A HERMANA
Olivia de Havilland consiguió el papel de Melanie, que en un principio iba a ser para su hermana, Joan. Esta última abandonó el rodaje por que su personaje era 'demasiado pava', más digna de su hermana que de una mujer con clase como ella, y el equipo siguió su consejo.
RACISMO Y HOMOFOBIA
Los años 30 formaron parte de una época con una mentalidad muy distinta a la de hoy en día. George Cukor, que dirigió la película durante un tiempo, tuvo que dejar su puesto debido a que Clark Gable denunció su homosexualidad. Al mismo tiempo, la oscarizada Hattie McDaniel no fue invitada al estreno -ni ningún actor negro-, y es que, a día de hoy, se sigue cuestionando el trato sobre la esclavitud en la película.