Las críticas y los políticos

Durante mis más de 22 años de trayectoria profesional he conocido muchos políticos, muchos dentro de la profesión y otros también fuera de ella. Se pueden contar con los dedos de una mano los políticos que asumen con buen talante las críticas y a veces hasta las agradecen. En el campo contrario hay toda una multitud. La reacción más típica es llamar a los que están en el escalafón arriba tuyo para que reprendan al autor; otros se justifican ante las críticas recibidas, unos con buenos modos, otros con sana ironía cubierta de bilis; del mismo modo, también hay quien replica a gritos y con aspavientos aunque estés tomando café; también están los que desde que se publica la crítica, cambian y entonces ni te hablan, ni te cogen el teléfono y finalmente están los que no te dicen absolutamente nada, pero lo apuntan para en el futuro ajustarte cuentas. Esos son los más peligrosos.

Uno de los episodios más lamentables que viví fue el de un concejal tránsfuga intentando agredirme en un despacho municipal. Quien teóricamente tenía que defenderme salió en antena para defender una versión edulcorada de lo sucedido ya que lógicamente uno sólo tiene una versión, no dos. Hoy, paradojas de la vida defiende y come del poder, no importa cual. Otra experiencia fue descubrir la verdadera cara de algún político/a cuando estás a solas y te suelta toda una retahíla de improperios y amenazas, consciente de que no hay testigos. Una vez acabada la conversación, vuelve a dar la cara amable de persona supuestamente comprometida y simpática. En fin, la política ofrece muchas salidas y algunas son en falso. Precisamente de un político me comentaron, “es un mentiroso patológico”. Lo era y lo es: lleva más de 20 años en activo. En su partido lo saben pero ahí está. Desde luego la prensa no está o no debería estar para reír las gracias a los políticos de turno, ya estén en el poder o en la oposición. Por cierto, cuánta razón tenía el mafioso de Giulio Andreotti, ese de misa diaria y corrupciones ocultas, “si el poder desgasta, más desgasta el no tenerlo”. En esta profesión algunas veces coinciden tu ideología y la que defiende tu medio pero a veces es totalmente lo contrario: periodistas de derechas en medios de izquierdas y viceversa; pero por encima de ideologías está la honradez profesional de saber quién es quién, buscar la verdad y no venderte por lo que sea. He visto quien se vende ya no por un plato de lentejas sino por un futuro caramelo o un bote de pintura.

En todo caso, prensa y política van de la mano desde hace más de siglo y medio. Dentro de poco más de un mes toca votar, a pesar de ser una institución lejana y de lo dicho de los políticos, recomiendo ir a votar, es la única forma de cambiar algo ya que estando en casa no se soluciona nada.