Los desempleados acuden al recinto ferial a buscar trabajo
Las últimas esperanzas se centran en el montaje de las atracciones
Los caseteros suelen tener sus cuadrillas completas de un año para otro
Hasta las ferreterías tienen unidades móviles
La Feria de Primavera y Fiesta del Vino Fino se ha erigido como una oportunidad en la búsqueda de empleo para los desempleados portuenses, sobre todo para los que ya no reciben ayuda económica o bien para los que están a punto de perderla.
A pesar de que hay personas que van todos los días, desde hace semanas, al recinto ferial, desde bien temprano hasta agotar todas sus posibilidades, uno y otro día, es complicado que puedan encontrar un puesto de trabajo, sobre todo porque la mayoría de las casetas libres están regentadas por personas que acuden con toda su familia a cubrir la Feria, siendo las de las discotecas o pubs trabajadas por los propios empleados y las que pertenecen a asociaciones o hermandades, por los socios o hermandades. Por regla general, las cuadrillas de trabajadores están cerradas prácticamente de un año a otro, excepto en contadas ocasiones que alguien necesita trabajadores nuevos, pero son los menos, como bien indica un casetero. “Además, este año, para obtener beneficios, tenemos que apretarnos el cinturón, por eso incluso vamos a tener trabajando a menos gente que el anterior”, aseguran.
Los desempleados se prestan a realizar cualquier tipo de trabajo, como informa Manuel Conde. “Yo me he prestado al montaje de las casetas, a servir mesas durante los días de la Feria, a hacer trabajos de electricidad, a poner farolillos, a colocar la decoración de las casetas”, pero por el momento no ha tenido suerte, quedándole pocas esperanzas de poder obtener ya un puesto de trabajo que le ayude a sacar a su familia adelante. “Me quedan unos meses de desempleo, pero son pocos, y no sé que será de mí después, por eso he venido a intentar buscar trabajo aquí, porque es uno de mis últimos recursos”. Manuel Conde es uno de tantos empleados de la construcción que se vieron despedidos al comienzo de la crisis.
Ahora sus últimas posibilidades las emplea en intentar ayudar a los propietarios de las atracciones a montar sus cacharros, pero por el momento tampoco ha encontrado una oferta de ninguno de los que han llegado a la ciudad por el momento.
La imaginación da para mucho y más en época de crisis. A la Feria también se trasladan unidades móviles de distintos servicios, tales como la fontanería o las empresas de electricidad, ya que es fundamental obtener, de primera mano y rápidamente, sin tener que desplazarse a la ciudad, los utensilios necesarios para la puesta a punto de las casetas o del alumbrado exterior de las distintas calles del real.
Los caseteros en general están acostumbrados a recibir propuestas todos los años de personas sin empleo, pero este año las previsiones de otras ediciones están siendo rebasadas con creces, puesto que la crisis económica está dejando mucho desempleado. Ahora la duda también está fijada en los precios de los productos a consumir y las atracciones.
A pesar de que hay personas que van todos los días, desde hace semanas, al recinto ferial, desde bien temprano hasta agotar todas sus posibilidades, uno y otro día, es complicado que puedan encontrar un puesto de trabajo, sobre todo porque la mayoría de las casetas libres están regentadas por personas que acuden con toda su familia a cubrir la Feria, siendo las de las discotecas o pubs trabajadas por los propios empleados y las que pertenecen a asociaciones o hermandades, por los socios o hermandades. Por regla general, las cuadrillas de trabajadores están cerradas prácticamente de un año a otro, excepto en contadas ocasiones que alguien necesita trabajadores nuevos, pero son los menos, como bien indica un casetero. “Además, este año, para obtener beneficios, tenemos que apretarnos el cinturón, por eso incluso vamos a tener trabajando a menos gente que el anterior”, aseguran.
Los desempleados se prestan a realizar cualquier tipo de trabajo, como informa Manuel Conde. “Yo me he prestado al montaje de las casetas, a servir mesas durante los días de la Feria, a hacer trabajos de electricidad, a poner farolillos, a colocar la decoración de las casetas”, pero por el momento no ha tenido suerte, quedándole pocas esperanzas de poder obtener ya un puesto de trabajo que le ayude a sacar a su familia adelante. “Me quedan unos meses de desempleo, pero son pocos, y no sé que será de mí después, por eso he venido a intentar buscar trabajo aquí, porque es uno de mis últimos recursos”. Manuel Conde es uno de tantos empleados de la construcción que se vieron despedidos al comienzo de la crisis.
Ahora sus últimas posibilidades las emplea en intentar ayudar a los propietarios de las atracciones a montar sus cacharros, pero por el momento tampoco ha encontrado una oferta de ninguno de los que han llegado a la ciudad por el momento.
La imaginación da para mucho y más en época de crisis. A la Feria también se trasladan unidades móviles de distintos servicios, tales como la fontanería o las empresas de electricidad, ya que es fundamental obtener, de primera mano y rápidamente, sin tener que desplazarse a la ciudad, los utensilios necesarios para la puesta a punto de las casetas o del alumbrado exterior de las distintas calles del real.
Los caseteros en general están acostumbrados a recibir propuestas todos los años de personas sin empleo, pero este año las previsiones de otras ediciones están siendo rebasadas con creces, puesto que la crisis económica está dejando mucho desempleado. Ahora la duda también está fijada en los precios de los productos a consumir y las atracciones.
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