La ganadora de tres Óscar Meryl Streep, después de entregarse al rock en "Ricki" (2015), se pasa a la ópera interpretando a una excéntrica heredera con escaso talento musical bajo la dirección de Stephen Frears, que sigue con sus indagaciones biográficas tras "Philomena" y "La reina".
Basada en una historia real, la película narra la persistencia de Florence Foster Jenkins por alcanzar su sueño: convertirse en soprano. Para ello invertirá toda su fortuna e implicará a su pareja (Hugh Grant), que le ayuda pese a su falta de habilidades musicales.