Uno de los sectores más pujantes y más galardonados de Andalucía acaba de darle un sonoro “basta” a la Junta. Las productoras audiovisuales agrupadas en torno a la asociación Aepaa-Apria se han plantado ante lo que consideran “preocupante” e “incomprensible” paralización de los compromisos que la Administración autonómica, y en su nombre la Consejería de Cultura, suscribió en su día con cineastas, actores y, por extensión, todos los encargados de suministrar materia prima a la gran pantalla.
El gremio ha emitido un duro comunicado al que han puesto voz los responsables de las grandes firmas del sector. La nómina de agravios que lucen es amplia: desde la “desactivación de las políticas de apoyo de la Consejería” hasta la falta de apoyo en forma de nuevas ayudas pasando por la “absoluta paralización de Canal Sur” (obligada por ley a destinar cada año el 6% de sus ingresos a la producción audiovisual independiente) o la vía muerta en la que se encuentra el que será nuevo marco normativo.
El último punto es arranque y confluencia de todas las quejas del sector. La asociación rompe su silencio y protesta porque el anteproyecto de Ley del Cine, presentado a bombo y platillo en enero tras recibir el visto bueno del Consejo de Gobierno, “duerme en el cajón” tirando por tierra “un intenso trabajo por parte del sector”. El pasado 26 de enero la consejera Rosa Aguilar detalló sus líneas maestras, pero en los diez meses siguientes no habido más noticias. En aquella presentación se avanzó que el anteproyecto contemplaba una estrategia integral llamada a estimular el crecimiento “sostenible y eficiente” de la industria cinematográfica y audiovisual con la vista puesta en crear 10.000 empleos. Debe haber, además, un sistema de financiación “estable” a través de una cartera de recursos económicos para la cinematografía que concentre todas las ayudas al sector. El catálogo de buenas intenciones está, de momento, estancado.
Sin incentivos
Además de protestar por esa parálisis, el sector audiovisual denuncia que por primera vez desde el año 2000 no se hayan convocado ayudas para la producción de documentales ni cortometrajes o que la inversión de la Junta sea este año la más baja desde 2004. También que no existan incentivos para la creación de guiones o para la distribución. “Si continúa esta pauta, empezaremos a ver en breve el cierre de empresas”, augura la asociación.
Esa supuesta orfandad con la que la Junta despacha al gremio no se corresponde con los méritos que luce la asociación. Aeppa-Apria recuerda que el cine andaluz logró marcar en 2015 su tercera mejor cuota de pantalla de la historia, con una recaudación de casi 57 millones o que por cada euro aportado por la Junta recupera 1,56 en impuestos. Y la calidad, con nominaciones a Oscar y un sinfín de premios, está contrastada.
