Más de un mes se ha llevado el equipo de gobierno danzando al son de los villancicos alrededor de los sillones simbólicos de las distintas áreas de gobierno. Cuando las tonalidades navideñas cesaron cada uno de los concejales, emulando el juego infantil, corrió para ocupar el asiento más cercano.
Con todos ubicados en su silla, el Sr. alcalde emitió un decreto dando por realizada la segunda gran restructuración del gobierno municipal. Esperemos que esta sea la definitiva y no veamos de nuevo a los ediles de PSOE e IU dando vueltas mientras suenan las coplas del carnaval o los alegres sones de las sevillanas de feria, por mucho que ello provoque una impostada sonrisa a la, hasta ahora, solo observadora oposición.
Tal vez la reorganización no haya sido un juego e, incluso, puede haber producido fricciones entre los socios, pero de lo que no cabe duda es que se trata de la aceptación por parte del gobierno municipal de su ineficacia, falta de rigor y mínimo planeamiento, tanto en los meses transcurridos como en los que se avecinan.
Por una parte, el concejal de IU, Sr. Fernández, tira la toalla y abandona Urbanismo, sin sacar adelante ninguna de sus más relevantes promesas reiteradas: culminar el PEPRICHYE, suprimir la abusiva tasa de arbolado, hacer efectivo el registro de solares, modificar la ordenanza de la Inspección Técnica de Edificaciones y agilizar el procedimiento de las licencias urbanísticas.
Pasa a ocuparse ahora de Economía y Hacienda, con la misión de reconstruir los puentes entre el gobierno y la intervención municipal, y del área de Fomento y Empleo, lo que hace que, al tener su compañero, el Sr. Chacón, Comercio, Agricultura y Pesca, toda la actividad y proyección económica del municipio, excepto Turismo, quede en manos de IU. Veremos qué son capaces de hacer en esta materia al tener, por la legislación estatal, las competencias cercenadas.
El vacío dejado en Urbanismo será ocupado por el socialista Sr. Quintana, que llega a la principal área municipal tras pasar por Turismo, que tuvo que dejar por la propia salud de dicho servicio, y de una fugaz participación en la siempre amable y gratificante concejalía de Fiestas, no exenta de tropiezos. A la tercera va la vencida, pero no sabemos si para él o para El Puerto.
El Sr. alcalde, por su parte, suelta lastre, respira y toma Turismo. Dice que para dar relieve a dicha área, como actividad que pretende ser el buque enseña de nuestra localidad. Como idea puede pasar. Esperemos que consiga, al menos, que nos vuelvan a visitar, y con algo más que palabras, todos aquellos cargos de la Junta de Andalucía que aterrizaron en El Puerto al principio de la legislatura.