Con más de tres décadas de experiencia, Roberto Verino continua emocionando con una moda "funcional", "sencilla", y en ocasiones, "sensual", envuelta en la estética de los ochenta, una época que "rejuvenece" a este diseñador que hoy ha mostrado su colección primavera-verano 2017.
En la Real Casa de Correos, sede de la Comunidad de Madrid, Roberto Verino ha presentado sus nuevas propuestas femeninas y masculinas inspiradas en la película "Bonjour Tristesse", de Otto Preminger, con una potente estética ochentera. "La moda de los 80 es un estímulo para mí, me rejuvenece", explicaba hoy el diseñador gallego.
En el desfile, amenizado al piano por Maika Makovski, se vieron sencillas camisas de rayas azul celeste combinadas con pantalones de lino blanco que jugaban a ser faldas, así como vestidos camiseros que dejaban al descubierto uno de los hombros.
Las prendas de Verino, siempre prácticas y realistas, despliegan la magia entre lo masculino y femenino "trabajando volúmenes sin hombreras y manteniendo la proporción en la sensualidad, la sencillez y la funcionalidad", cuenta el empresario gallego que apuesta "ciegamente" por la tendencia "Lo veo, lo quiero".
Los brillos metalizados y los tonos dorados se imponen en vestidos ideados para la noche, "esa noche veraniega que invita a lucir seductores vestidos con llamativos complementos", dice Verino, quien reconoce que la reina Letizia -que hace unos días lució una blusa del diseñador- está haciendo una "labor fantástica luciendo moda española".
El hombre Verino despliega todo sus encantos enfundado en un traje de lino blanco o en un renovado sastre de pantalón bermuda en tono camel, conjuntados con camisas de flores o de rayas. Para la noche, esmoquin de lino negro con raya vertical de satén.
Este diseñador y empresario, que hace ropa, bolsos, perfumes, complementos y vinos, ahora está inmerso en la fabricación de zapatos, un proyecto que se toma con "calma" porque quiere hacer un calzado "especial".
Entre sus nuevos objetivos se encuentra introducir una colección nueva al mes en sus tiendas. "Es el momento de hacer menos cantidad de prendas y más variedad", advierte el diseñador, quien desea dinamizar el consumo, ofreciendo "más por menos".
Por la mañana, la firma Desigual abrió la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid (MBFWM) con un evento en su tienda imagen de la plaza del Callao que busca la interacción con el cliente, al que presenta la colección otoño-invierno 2017 y solicita su opinión, su voto sobre el "look" y la pieza que más le guste.
"Queremos traspasar la barrera, que no solo la prensa opine sobre la colección, y pedimos la opinión del público para saber qué le interesa y qué estaría dispuesto a comprar", ha explicado el director de Comunicación de Desigual, Daniel Pérez, quien califica el modelo de "experiencial".
La "flagship" de la firma, en la madrileña Plaza de Callao, se convirtió de esta manera en una pasarela inusual en la que se muestran sobre los maniquíes 30 diseños de "Extradordinary", parte de la nueva colección que hace unos días desfiló en la pasarela de Nueva York y que ahora se pueden palpar y analizar con todo detalle.
Alrededor de los expositores, situados de manera estratégica, unas "tablets" interactivas invitan a manifestar la opinión sobre la colección. "Queremos que el público se convierta en auténtico protagonista y experto en moda", comenta Pérez.
Desde hoy y hasta el próximo 21 de febrero cualquiera puede convertirse en un entendido en moda y, así, Igua, una joven que se ha acercado hasta la tienda a ver las nuevas piezas, deja su sentir sobre la tableta, que va registrando la propuesta ganadora, que parece ser la número 21, un conjunto de vestido de fiesta y cazadora.
Inspirada en la evocación de diferentes subculturas, como el punk de los estertores de los 70 en California o de los 80 en España, con influencias musicales de Madonna, la colección lleva "el mundo de la calle" a la pasarela, desde donde transporta lo "ordinario" a lo "extraordinario".
Las flores forman una parte importante de los estampados y convierten las bombers en elementos transgresores con artesanía bordada a mano, que transforman el tejido en sofisticado y apto para la noche y el día.