Un informe de la patronal turística Exceltur sobre la competitividad de las principales ciudades, basado en más de 60 indicadores, ha sido un varapalo para Sevilla, que se ve sobrepasada por San Sebastián y Málaga y cae del cuarto al sexto puesto en la clasificación, liderada por Barcelona. El PP y Ciudadanos han exigido responsabilidades a Espadas, y el portavoz popular se ha permitido el lujo de decir que el alcalde ha tirado por tierra el magnífico trabajo que se hizo durante los cuatro años del mandato de Zoido.
Sin embargo, en el propio informe se deja claro que la recogida de datos llega hasta 2015. Como Espadas tomó posesión en junio de aquel año, sólo le es imputable uno de los ocho semestres analizados: tiene el 12,5% de responsabilidad. Los otro siete semestres (el 87,50%) corresponden a Zoido. Podría invocarse como justificación que el abandono de cinco de los seis capítulos analizados se debió a las políticas de austeridad impuestas por la crisis, pero Málaga, gobernada entonces también por el PP y sometida a la misma ortodoxia financiera, ha mejorado en el mismo periodo en la mayor parte de los indicadores, hasta sobrepasarnos.
No es hora, empero, de culparnos entre nosotros mismos, sino de fortalecer nuestros puntos débiles para entre todos recuperar la posición perdida. Si el turismo es el motor de nuestra economía no podemos permitirnos la menor pérdida de potencia.