Quiso la Providencia que la Virgen bendijera la Bahía
Cientos de fieles acompañaron a la patrona del mar por las calles en su salida procesional
Las plegarias de los hermanos del Carmen llegaron hasta la Divina Providencia y gracias a su intercesión pudo la Virgen Marinera surcar las aguas de la Bahía para bendecirlas y con ello a todos los hombres de la mar que día a día se juegan la vida con su trabajo. Fue este jueves un día largo y lleno de tensiones y emociones, que poco a poco fueron soltándose a medida que se iba logrando lo que todos los fieles querían: ver a las dos imágenes del Carmen encontrarse en el muelle después de un largo procesionar por las calles y una singladura por el río Guadalete.
Si el miércoles la Capitanía Marítima había negado su permiso para el embarque de la imagen, el jueves por la mañana tras la celebración del rosario de la aurora los hermanos eran informados de que finalmente la virgen podría surcar el río. La gestión de quien fuera mayordomo José Nieto y el actual hermano mayor, Jacobo Romero, y la asociación de armadores fue clave para lograr el permiso de la máxima autoridad marítima. Tras la función principal de instituto, que tuvo lugar a las once en la parroquia del Carmen con una nutrida presencia de fieles, un grupo de hermanos se apresuró a trasladar a la Virgen desde las Concepcionistas hasta la capilla de la plaza de la Tradición. Todo estaba listo en el Club Náutico para que el pesquero Josefa y Luisa portase la imagen por las aguas del Guadalete. Pero a las seis de la tarde, hora prevista para su traslado desde la Tradición, volvía el pesimismo al notificar la Capitanía Marítima al Club Náutico que se denegaba el permiso concedido por la mañana.
Los armadores hicieron valer la autorización matutina y embarcaron a la Virgen marinera tal y como estaba previsto. Aún así hubo un pequeño percance en las instalaciones náuticas, al errar un marinero la orden de ayudar al pesquero y, por contra, intentó entorpecer la llegada de la embarcación y su atraque. Fue una vez más un momento tenso, que afortunadamente no fue a más.
El Josefina y Luisa portó a la imagen, llevándola hasta Puerto Sherry, donde no pudo desembarcar como así se pretendía, y manteniéndose en las aguas hasta las nueve de la noche, cuando por fin pudo regresar al puerto y hacer el recorrido del río aguas arriba. La Guardia Civil obligó a la embarcación a permanecer atracada hasta la llegada de la procesión terrestre a la explanada de la antigua lonja pesquera en La Pescadería. Cumplido este requisito, numerosos fieles esperaban sobre las diez de la noche en el muelle para asistir a este ansiado encuentro, que se ha hecho de rogar hasta casi una hora después.
Los aplausos y los fuegos de artificio pusieron la nota de color y el sonido de este encuentro, que ha sido el preludio de la recogida de ambas imágenes en la capilla de las Concepcionistas. Fue un momento intenso, en el que se pudo ver las lágrimas de las hermanas y fieles deslizándose por sus mejillas, liberadas las tensiones, sobre todo, entre la nueva junta de gobierno, que pudo ver y disfrutar del acompañamiento de cientos de personas durante la procesión terrestre desde su salida de la parroquia del Carmen.
Acompañada por la música de la Maestro Dueñas y de la banda del Santísimo Cristo del Amor, la Virgen del Carmen era recibida con aplausos y pétalos de flores por cientos de fieles a las puertas de su parroquia. Eran las ocho de la tarde, y a la comitiva de la hermandad le acompañaban representantes del Consejo Local de Hermandades, de otras cofradías de gloria y penitencia de la ciudad así como de la Corporación. Con la Salve Marinera de fondo, la Virgen inició su recorrido por las principales calles de la ciudad. Especialmente emotivo fue su paso por el Castillo hasta llegar a la Bajamar, al río.
Si el miércoles la Capitanía Marítima había negado su permiso para el embarque de la imagen, el jueves por la mañana tras la celebración del rosario de la aurora los hermanos eran informados de que finalmente la virgen podría surcar el río. La gestión de quien fuera mayordomo José Nieto y el actual hermano mayor, Jacobo Romero, y la asociación de armadores fue clave para lograr el permiso de la máxima autoridad marítima. Tras la función principal de instituto, que tuvo lugar a las once en la parroquia del Carmen con una nutrida presencia de fieles, un grupo de hermanos se apresuró a trasladar a la Virgen desde las Concepcionistas hasta la capilla de la plaza de la Tradición. Todo estaba listo en el Club Náutico para que el pesquero Josefa y Luisa portase la imagen por las aguas del Guadalete. Pero a las seis de la tarde, hora prevista para su traslado desde la Tradición, volvía el pesimismo al notificar la Capitanía Marítima al Club Náutico que se denegaba el permiso concedido por la mañana.
Los armadores hicieron valer la autorización matutina y embarcaron a la Virgen marinera tal y como estaba previsto. Aún así hubo un pequeño percance en las instalaciones náuticas, al errar un marinero la orden de ayudar al pesquero y, por contra, intentó entorpecer la llegada de la embarcación y su atraque. Fue una vez más un momento tenso, que afortunadamente no fue a más.
El Josefina y Luisa portó a la imagen, llevándola hasta Puerto Sherry, donde no pudo desembarcar como así se pretendía, y manteniéndose en las aguas hasta las nueve de la noche, cuando por fin pudo regresar al puerto y hacer el recorrido del río aguas arriba. La Guardia Civil obligó a la embarcación a permanecer atracada hasta la llegada de la procesión terrestre a la explanada de la antigua lonja pesquera en La Pescadería. Cumplido este requisito, numerosos fieles esperaban sobre las diez de la noche en el muelle para asistir a este ansiado encuentro, que se ha hecho de rogar hasta casi una hora después.
Los aplausos y los fuegos de artificio pusieron la nota de color y el sonido de este encuentro, que ha sido el preludio de la recogida de ambas imágenes en la capilla de las Concepcionistas. Fue un momento intenso, en el que se pudo ver las lágrimas de las hermanas y fieles deslizándose por sus mejillas, liberadas las tensiones, sobre todo, entre la nueva junta de gobierno, que pudo ver y disfrutar del acompañamiento de cientos de personas durante la procesión terrestre desde su salida de la parroquia del Carmen.
Acompañada por la música de la Maestro Dueñas y de la banda del Santísimo Cristo del Amor, la Virgen del Carmen era recibida con aplausos y pétalos de flores por cientos de fieles a las puertas de su parroquia. Eran las ocho de la tarde, y a la comitiva de la hermandad le acompañaban representantes del Consejo Local de Hermandades, de otras cofradías de gloria y penitencia de la ciudad así como de la Corporación. Con la Salve Marinera de fondo, la Virgen inició su recorrido por las principales calles de la ciudad. Especialmente emotivo fue su paso por el Castillo hasta llegar a la Bajamar, al río.
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