Susana Díaz dijo que el PSOE está donde debe que es donde siempre ha estado. En el asunto catalán no hay discrepancia interna. Claro que esto lo dijo la presidenta andaluza antes de que
Iceta comenzara a desgranar su programa o presentar sus listas. Es posible que hoy las discrepancias sean reales, aunque prudentes, y por eso sepamos que ni
Puig ni Díaz ni
Fernández ni otros suscriben la propuesta diferencial que se respira entre el PSOE de Ferraz y el PSC. No sucede lo mismo en Podemos, donde la errática caída en el abismo del sin sentido carece tanto de críticos como de dirigentes que afiancen la posición de Iglesias: nadie habla.
Es un nuevo modelo en la ‘izquierda’, en el que la sumisión al líder es la garantía de supervivenciaaunque al actuar así hundan aún más sus posibilidades. Podemos es un erial de pensamiento, no hay contraposición a los devaneos del jefe y su incompetencia es una trituradora de oportunidades. Podemos ya no tiene nada que ver con el 15M y solo es una organización vieja, estalinista, incapaz de conectar con amplias mayorías, mediocre y vulgar que carece de originalidad, ideas, propuestas y, sobre todas las cosas, que se manifiesta ajena a cualquier necesidad de la gente y por eso carece de espacio real ya que no sirve a ningún propósito salvo el del dominio del jefe, como sucede en las sectas.
En el PSOE, en cambio, se habla con suficiencia. Prueba de ello es la larga rueda de prensa de la señora Lastra hace unos días; intervención desgranada con vehemencia en algunos momentos para solemnizar banalidades. Y, sobre todo, iluminada por la comparación entre
Albert Rivera – Ciudadanos es la primera fuerza en Cataluña, según el CIS – y
José Antonio Primo de Rivera. Se supone que la intención trascendía a la evidencia de la similitud de apellidos, siendo la pretensión situar a los naranjas en la esfera del fascismo español de los años treinta. Impresionante.
La locuacidad de
Lastra va íntimamente ligada a la insuficiencia de sus argumentos. Para esta señora – espero que no para su partido – la descentralización administrativa en los territorios es progresista y de izquierdas y por eso la ‘recentralización’, que al parecer propone Cs los sitúa muy a la derecha, tanto como a las escuadras y centurias de la Falange. A veces, a pesar de que Díaz quiere creer – por lealtad, se entiende - que el PSOE está en el mismo sitio de siempre, cuesta entender cuáles son los parámetros ideológicos del PSOE de Ferraz, cuáles son sus ideas, sus propósitos o sus propuestas. Ser de izquierdas no ha sido nunca ser más descentralizador, sino en todo caso – es decir, al contrario - partidario de un sistema que asegure la solidaridad, el equilibrio, la equidad y la justicia social en los territorios situando en el centro de atención a las personas y no los paisajes, los mitos identitarios, las naciones o las patrias y las banderas.
Pero en fin, llevando en las listas catalanas a miembros de la vieja Unió, integrada en el Partido Popular Europeo, todo se entiende.