Atlantica Yield, la principal filial de Abengoa en la que sigue controlando el 16% y que aglutina desde 2013 los mejores activos de la empresa, ha mudado su sede en Sevilla desde Palmas Altas (donde está la central de Abengoa) al edificio Insur en el parque tecnológico Cartuja de la capital andaluza.
Unas cien personas ya se han trasladado para ahorrar costes, y detrás se está produciendo el cambio de sede de todas las filiales de Yield que explotan las plantas solares que posee en toda España.
Esta medida, decidida por el consejero delegado de Yield, Santiago Seage (el mismo directivo que era el jefe de Abengoa cuando esta entró en preconcurso en noviembre de 2015), ha vuelto a desatar un fuerte encontronazo con la cúpula de Abengoa, que lideran su presidente ejecutivo, Gonzalo Urquijo, y su director general, Joaquín Fernández.
Según fuentes conocedoras de la situación, Yield se va para reducir costes de alquiler
y para llevar a cabo la separación plena de la filial de la matriz. La eléctrica canadiense Algonquin es hoy el primer socio de Yield, con un 25%, fruto del acuerdo de compra cerrado el mes pasado.
Ese acuerdo fue negociado por Urquijo con la cúpula de Algonquin, y ha derivado en la creación de una sociedad conjunta que abordará nuevos proyectos (lo que generará negocio de ingeniería a Abengoa) y además la propia Yield recupera pulso económico para comprar plantas ya terminadas a Abengoa, algo que no ocurre desde 2015.
La relación entre Seage, y Urquijo y Piérola, ha sido tensa desde hace un año, cuando ambos asumieron sus cargos en la empresa. Seage, hombre leal al anterior presidente de Abengoa Felipe Benjumea, ha visto cómo el mes pasado Urquijo entraba como consejero de la Yield para controlar más y mejor la actuación de Seage.
En previsión de que un cambio en el control de la compañía pudiera derivar en su cese y salida como CEO de la Yield, Seage logró que la junta de accionistas aprobara este año una indemnización preventiva de dos años de sueldo (unos 2,6 millones).
Tras esta mudanza de esos cien profesionales (la sede social de Yield está en Londres, en cualquier caso),
el campus Palmas Altas acoge ya apenas a un millar de empleados de Abengoa. Dos tercios menos de los que tenía cuando entró en crisis hace ahora dos años. Su perspectiva es también mudarse. Y Cartuja sería, igualmente, una opción.