Bolt, más ?relámpago? que nunca en el santuario de Jesse Owens
El jamaicano fulmina a Gay en 9.58 segundos en la mejor final de la historia de los 100 m.
Desde los tiempos de Carl Lewis y Johnson esta prueba no gozaba de tanta popularidad
Rompiendo los límites de la velocidad humana, Usain Bolt se convirtió en leyenda viva del atletismo con solo 22 años al proclamarse campeón mundial de 100 metros en 9.58 segundos, once centésimas por debajo de su plusmarca mundial anterior, frente a un Tyson Gay que hubo de consolarse con el récord de Estados Unidos (9.71).
Asafa Powell, predecesor de Bolt como plusmarquista mundial (9.72), subió, por fin, a un podio en alta competición gracias a su mejor marca del año (9.84).
Sobre la misma pista en la que Jesse Owens, para disgusto de Hitler, ganó hace 73 años la final olímpica en 10.3 segundos, Bolt escribió una nueva página imborrable en sólo 9.58 segundos.
Envuelto en la bandera verde, negra y amarilla de Jamaica, Bolt dio la vuelta triunfal a la pista del estadio Olímpico en tanto que un Gay cariacontecido abandonaba discretamente la escena.
El espectáculo no defraudó. Los ocho finalistas agudizaron su inventiva para hacer ante las cámaras el gesto más llamativo durante la presentación de los protagonistas. Bolt, hablando al objetivo, desplegó, como acostumbra, sus brazos en posición de disparo.
A Powell se le pudo ver en los prolegómenos más contento que nunca, consciente de que nada tenía que perder.
Cuando se hizo el silencio, entre destellos de miles de flashes, los rostros de los ocho contendientes se pusieron serios y el pistoletazo puso en marcha la máquina de correr en que se ha convertido Bolt, que sólo tardó 146 milésimas en ponerse en acción, sólo dos más que el especialista Gay.
Ni siquiera tuvo que hacer una salida excepcional, porque su progresión le permite recuperar terreno en la tercera zancada.
El estadounidense había conquistado en los Mundiales de Osaka 2007 los títulos de 100, 200 y 4x100. Un año después, Bolt escaló la cumbre de la gloria repitiendo esa gesta en los Juegos Olímpicos de Pekín, pero añadiendo récords mundiales (9.69, 19.30 y 37.10) a cada una de sus victorias.
Sólo una vez se habían enfrentado los dos colosos en 100 metros. Fue el 31 de mayo del 2008, en Nueva York, y el jamaicano también batió al estadounidense (9.72 frente a 9.85).
Desde los tiempos de Carl Lewis y Ben Johnson, en los años ochenta, la prueba reina no había gozado de tanta prosperidad como ahora, cuando a lo largo de un año de réplicas y contrarréplicas, sin coincidir una sola vez, Usain Bolt y Tyson Gay la han devuelto al primer plano.
Las otras finales del día quedaron eclipsadas. En la de peso, Valerie Vili, una neozelandesa de 1,93 metros de estatura y 123 kilos, venció con 20,44 después de contener el ímpetu de la alemana Nadine Kleinert, que regaló a sus paisanos los dos mejores lanzamientos de su vida.
Olga Kaniskina, una estudiante de matemáticas, dio a Rusia el quinto título consecutivo en 20 kilómetros marcha. Gracias a esta medalla Rusia se pone al frente del medallero con dos oros.
Asafa Powell, predecesor de Bolt como plusmarquista mundial (9.72), subió, por fin, a un podio en alta competición gracias a su mejor marca del año (9.84).
Sobre la misma pista en la que Jesse Owens, para disgusto de Hitler, ganó hace 73 años la final olímpica en 10.3 segundos, Bolt escribió una nueva página imborrable en sólo 9.58 segundos.
Envuelto en la bandera verde, negra y amarilla de Jamaica, Bolt dio la vuelta triunfal a la pista del estadio Olímpico en tanto que un Gay cariacontecido abandonaba discretamente la escena.
El espectáculo no defraudó. Los ocho finalistas agudizaron su inventiva para hacer ante las cámaras el gesto más llamativo durante la presentación de los protagonistas. Bolt, hablando al objetivo, desplegó, como acostumbra, sus brazos en posición de disparo.
A Powell se le pudo ver en los prolegómenos más contento que nunca, consciente de que nada tenía que perder.
Cuando se hizo el silencio, entre destellos de miles de flashes, los rostros de los ocho contendientes se pusieron serios y el pistoletazo puso en marcha la máquina de correr en que se ha convertido Bolt, que sólo tardó 146 milésimas en ponerse en acción, sólo dos más que el especialista Gay.
Ni siquiera tuvo que hacer una salida excepcional, porque su progresión le permite recuperar terreno en la tercera zancada.
El estadounidense había conquistado en los Mundiales de Osaka 2007 los títulos de 100, 200 y 4x100. Un año después, Bolt escaló la cumbre de la gloria repitiendo esa gesta en los Juegos Olímpicos de Pekín, pero añadiendo récords mundiales (9.69, 19.30 y 37.10) a cada una de sus victorias.
Sólo una vez se habían enfrentado los dos colosos en 100 metros. Fue el 31 de mayo del 2008, en Nueva York, y el jamaicano también batió al estadounidense (9.72 frente a 9.85).
Desde los tiempos de Carl Lewis y Ben Johnson, en los años ochenta, la prueba reina no había gozado de tanta prosperidad como ahora, cuando a lo largo de un año de réplicas y contrarréplicas, sin coincidir una sola vez, Usain Bolt y Tyson Gay la han devuelto al primer plano.
Las otras finales del día quedaron eclipsadas. En la de peso, Valerie Vili, una neozelandesa de 1,93 metros de estatura y 123 kilos, venció con 20,44 después de contener el ímpetu de la alemana Nadine Kleinert, que regaló a sus paisanos los dos mejores lanzamientos de su vida.
Olga Kaniskina, una estudiante de matemáticas, dio a Rusia el quinto título consecutivo en 20 kilómetros marcha. Gracias a esta medalla Rusia se pone al frente del medallero con dos oros.
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