Desde que el mundo es mundo la labor social y familiar del patriarcado ha resultado siempre fundamental para la longevidad y protección en sus raíces en el concepto que se entiende por familia. El trabajo y el papel que siempre desempeñaron los abuelos en función del apoyo vivencial, amor, respeto, celo, conocimientos etc. por los hijos de sus hijos resulta axiomático demostrar en los tiempos que corren. Un vivo ejemplo lo tenemos en el respeto y en el cariño que los descendientes de los pueblos, llamados ‘no civilizados’, les tienen a los ancianos de las tribus, y acá, sin ir más lejos, nuestros gitanos ponen continuamente de manifiesto ese gran amor y cariño por sus ascendientes.
Sin embargo, los tiempos están cambiando paulatinamente. Hoy, los abuelos han entrado de lleno y de forma activa en el desarrollo y en la funcionalidad de los nietos de manera harto elocuente, de tal manera que la sociedad está sufriendo una alteración sustancial social y económica en este sentido. Padres que son abuelos, y que hoy día, se esfuerzan por mantener a sus nietos, canguros con fundamentales tareas, y en muchos casos, con la manutención de esos nietos, por el consabido dolor que supone que muchos de los padres no tienen trabajo.
Por tal motivo, ellos, a parte de transmitir no solo la educación y las vivencias, sino también lo mejor de su patrimonio humano y social, hacia los nietos -que dicen que se quieren más que a los hijos- actúan en gran manera sobre ellos y pasan el mayor tiempo que pueden con sus nietos. Los llevan al cole y los recogen. Encuentros y desencuentros que marcan episodios en la infancia y que no se olvidarán jamás para los restos de la vida.
Siempre existió la función de canguro en los abuelos. No hace mucho, algunas décadas, los abuelos solían tener a los nietos, sobre todo si se trataba de familia numerosa, porque el sueldo de los padres (hijos) no les llegaba para mantenerlos. Se dieron casos de ‘niños robados’, ventas clandestinas de hijos, orfanatos, inclusas, casos que, afortunadamente en menor grado se siguen dando, pero mayormente en los migrantes.
En la actualidad los abuelos hacen una función social más directa, se convierten en pilares fundamentales del devenir de sus nietos, bien porque sus padres, tanto el hombre como la mujer, se hallan trabajando, o en mayor grado, y esto resulta más doloroso, porque los padres se hallan ‘doblando’ las esquinas del paro. Un papel que en la actual sociedad estamos viviendo desgraciadamente en el día a día a través del discurrir de este tiempo nuestro tan contradictorio.