Nos van a volver más locos entre unos y otros. No sabe uno ya por dónde tirar ni a dónde dirigirse. Si te arrimas a la tele, te ponen la cabeza como un bombo a base de tiroteos, de asesinatos y de barbaridades a cual más horrorosa. Nunca los muertos bajan de diez, porque ya uno o dos no llaman la atención de nadie. Nunca te sacan la noticia de que hay cosas muy normalitas por esos mundos de Dios. Que hay gente que se lo pasa en grande, que celebra fiestas, que se ríe a carcajada limpia, que tiene ratos increíbles de felicidad…Pues no es no. Solamente sale el que se cuela con la metralleta y se carga a todo el que se ponga por delante, el que coge la paquetera y acaba con la vida de muchos inocentes, también el abuelo que abusa de sus nietas, el que tira a su bebé por la ventana. Pero ¿qué pasa? ¿Se han vuelto locos ahí fuera?
Si te arrimas a los políticos, que Dios te coja confesado y a ser posible comulgado. Como muchos políticos tienen auténtica obsesión por continuar en el cargo por los siglos de los siglos amén, te engañan, te prometen, te mienten, te engatusan…Y además se quedan tan tranquilos como si no fuera con ellos. Parten de la base de que todos somos imbéciles, cuando aquí los únicos imbéciles somos los que estamos encerrados en este manicomio. Se están ganando a pulso la antipatía y el desprecio de mucha más gente de la cuenta, porque ya el personal desea demostrar que no es tonto del culo para se la den los mismos una y otra vez durante cuarenta años.
Si te arrimas a la santa madre Iglesia católica, te entra un complejo de pecador que asusta, cuando ves a tanto cretino con sotana abusar de niños inocentes. La Iglesia ha maquillado durante tanto tiempo el tema y ha tapado con su hipócrita manto a tanto sacerdote sinvergüenza, que ahora no sabe qué hacer, debido a que hoy sale todo a la luz pública y nos enteramos de todo. Bueno, de casi todo para ser exactos. Y digo yo que habrá programas de televisión buenos, políticos buenos y curas buenos. Pero canta más una noticia impactante, un político impresentable y un cura cerdo que todas las bondades del universo juntas. Así pensamos en este manicomio y mira que no estamos para pensar mucho. Sin embargo, pasan los días y a los locos cada vez nos duele más la azotea.
Pues bien, ahora resulta que aquello que nos quitó tantos dolores de cabeza y tantos calentamientos de coco, aquello que fue nuestro medicamento maravilloso ante tantas atrocidades nos lo quitan también. No hay derecho. ¿Quién no se ha tomado en este manicomio una pastilla de Nolotil? ¿A que te aliviaba un montón y te hacía olvidar ese maldito dolor que no te dejaba vivir? Pues fuera el Nolotil. Está claro que vienen a por nosotros. Primero fue la aspirina; no me acuerdo por qué nos quitaron las ganas de tomarla; después corrieron la voz de que el Ibuprofeno era el mismo demonio; más tarde, resulta que la viagra tampoco era buena. Ahora resulta que el Nolotil es un malnacido. No sabemos qué medicamento será el próximo, pero tendremos que estar preparados. A ver si también nos cambian la camisa de fuerza y nos ponen una más llevadera. La cuestión es que, después de haber pasado el Halloween, hemos llegado a la conclusión de que lo mejor para el dolor de cabeza es morirse, aunque sea a manos del de la motosierra.