El alcalde de Utrera, Francisco Jiménez, y el delegado municipal de Festejos, Juan Luis Montoya, se reunieron con la Asociación de Caseteros de la Feria de Consolación, para hacer un balance de la pasada edición de esta fiesta, así como poner en común algunas de las cuestiones que preocupaban a los representantes de las casetas.

Según Jiménez, la reunión se ha celebrado en un clima de cordialidad y entendimiento, "ya que a todos nos une la misma intención, que nuestra feria vaya a más, continúe mejorando y sea el lugar de encuentro que siempre ha sido para los utreranos y quienes nos visitan".

Entre los asuntos tratados en el encuentro, se facilitó información sobre las obras del Camino de la Espiritista, que afectan a la calle Fandango. A los caseteros les interesaba especialmente conocer el proyecto de obra del Camino de los Adrianes, que discurrirá por la trasera de la calle Alegría. El alcalde les ha emplazado para más adelante, porque este proyecto aún no está definido y no tiene fecha de ejecución.

Jiménez puso especial énfasis en las inversiones que el equipo de gobierno ha venido realizando en el recinto ferial desde 2003, insistiendo en el interés por dotar al real de la feria de toda la infraestructura necesaria para acoger una de las fiestas más destacadas de la provincia. Recordó entre otras mejoras, la instalación de un centro de transformación eléctrica, el asfaltado y la dotación de infraestructura de la gran explanada que alberga la zona de atracciones, la instalación de nuevos saneamientos y canalizaciones, la ampliación de la Caseta Municipal y la construcción de una nueva cocina acorde con la gran cantidad de público que recibe esta caseta, la recuperación de la caseta anexa a la municipal y la instalación del nuevo alumbrado, junto a otra serie de mejoras de menor calado que se han venido acometiendo todos los años.

Con respecto a la obligatoriedad de que las casetas se desmonten al finalizar la feria, el alcalde manifestó que "esta es una medida absolutamente necesaria, porque el recinto ferial se ha convertido en una zona de esparcimiento para los vecinos de las barriadas de La Mulata y el Naranjal de Castillo, toda la zona cercana a Consolación está cada vez más poblada y no es razonable que exista el montaje de infraestructuras metálicas durante todo el año, restando a los ciudadanos espacio de recreo y pudiendo sufrir algún accidente un niño".
Sobre esta cuestión, se volvió a reiterar a los representantes de las casetas que existe la opción de que los socios monten y desmonten sus casetas ellos mismos, o bien que recurran a los servicios de alguna empresa especializada en la materia.

Por último, agradeció a los caseteros que se hayan constituido en asociación, "porque es la mejor forma de trabajar conjuntamente entre ayuntamiento y ciudadanos, sumando esfuerzos y contribuyendo a la mejora de nuestra feria".