Esoterismo y más allá

¿Quién no ha escuchado alguna vez una historia sobre una casa misteriosa donde se oyen voces, o de alguien que dice haber visto un fantasma u objetos voladores no identificados? 

Los fenómenos paranormales son aquellos sucesos a los que no podemos dar una explicación científica convincente o para los que los métodos convencionales son insuficientes para aprehenderlos. Se les llama paranormales o metafísicos, dependiendo de su origen. Son fenómenos extraños, poco comunes y frente a los que todos los actuales razonamientos no son válidos. En muchas ocasiones se tratan de errores de percepción, de engaños ópticos o acústicos que tienen una explicación lógica dentro de la psicología y la psiquiatría. Pero hay otros relatos inexplicables para los conocimientos científicos actuales. 

Universidades de Estados Unidos y algunos países europeos han terminado por crear carreras dentro de una gran rama llamada parapsicología. Pero todo este análisis científico pierde respeto cuando aparecen miles de fraudes con fotos trucadas, sesiones de espiritismo actuado, efectos especiales, visuales, auditivos, etc. Muchos de esos fraudes han sido descubiertos. Pero ¿qué pasa con los que no se han probado como falsos?
Se ha comprobado, de manera pseudocientífica, que el cuerpo humano pierde 150 gramos de peso cuando morimos (hay una película sobre este tema). Parece ser que este peso no corresponde a pérdida de tejido, fluidos corporales o aire en los pulmones. Muchos estudiosos del tema afirman que es el alma misma que se desprende del cuerpo y eso significaría que el alma de una persona cualquiera pesa aproximadamente eso. Los estudiosos del tema dicen que el alma está formada por tres partes: una mental, una emocional y una espiritual, que juntas conformarían lo que es el cuerpo astral. El cuerpo astral puede teletransportarse de un lugar a otro. 

Los parapsicólogos dicen que en el momento en que una persona muere dispone de algunos segundos para despedirse de amigos o familiares pero, a veces, las tres partes se descomponen y el alma espiritual se marcha quedando las otras dos en la tierra: el alma mental y el alma emocional. Al quedar solas, estas dos porciones se vuelven inestables y se convierten en un fantasma. La sección mental recuerda que tiene asuntos pendientes y se mantiene en este mundo hasta que los cumpla, valiéndose para ello de gente perceptiva y comunicándose con los vivos de diversas formas. 

¿Cree en fantasmas? Lo cierto es que hay muchos sueltos…