Se hizo famoso Ramón Gómez de la Serna por la inteligencia de sus pensamientos resumidos en una frase corta, ingeniosa y metafórica. Tanta inteligencia no mejoró su vida porque estuvo pobremente exiliado hasta su muerte, en Buenos Aires. Fue afortunado cuando la Real Academia Española introdujo en el diccionario su palabra inventada. Greguería: “Aforismo que presenta una visión personal, sorprendente, aguda y frecuentemente humorística de algún aspecto de la realidad; fue invención del escritor español Ramón Gómez de la Serna (1888-1963)”.
Le ha salido un competidor a D. Ramón en la figura del presidente Mariano Rajoy. Hace poco culminó su carrera con una declaración -no declarada- a una periodista de El País que lo encontró en una terraza de un bar “asturiano” en la calle Goya de Madrid. Según declaró ella misma -Mabel Galán- a la Cadena Ser, se le apareció Rajoy estando con su tía tomando un agua en aquella terraza. Se acercó a preguntarle sobre las noticias de los affaires del Partido Popular. El presidente se levantó y le respondió con una greguería, o mejor con un jeroglífico: “No me haga preguntas porque no las voy a oír. Y así no podrá usted decir que no le he respondido”. Es la consumación de su carrera como constructor de giros lingüísticos inigualables. Era muy superior a lo expresado por la santa andariega: “Vivo sin vivir en mí, y de tal manera espero, que muero porque no muero”.
Rajoy está en la posición que retrata otro aforista -el luminoso cordobés Vicente Núñez-: “Si cuando se va de lo que se viene, ni se huye ni se va”. El poeta de Aguilar de la Frontera oyó, incluso fallecido, la exclamación del expresidente manifestando que no ya no era un personaje público. Naturalmente era una manera de decir, no escrudiñe, yo no estoy aquí, ni allí, ni en ninguna parte. Pero estaba en la calle Goya, en una terraza. Y, si no se remedia, estará pronto declarando en una comisión de investigación por las ilegalidades del ministerio del Interior. Allí contestará con una fórmula alternativa, pero no muy distante, de: “No me haga preguntas porque no las voy a oír. Y así no podrá usted decir que no le he respondido”. El pintor tarifeño Chema Cobo escribió un libro de aforismos premonitorio: Amnesia. Allí lo retrató: “Inventar la Memoria”.