Hay quienes dan alas a lo peor de nuestra sociedad, a colectivos que están prácticamente fuera de nuestra sociedad, como lo estaría una horda de piratas que de vez en cuando saqueara poblaciones de nuestras costas. Se da alas a estos animales cuando nos dedicamos a comentar las costumbres, vestimenta u horarios de una chica a la que han violado.
Eso no se hace cuando alguien atraca una joyería, ¿verdad? Nadie se plantea si quizás el problema es pretender tener una joyería en medio de una ciudad, con las puertas abiertas, y que nadie te atraque; las joyerías no son mujeres.
Se les da alas porque los elementos disrruptores, las personas con una socialización insuficiente, tienden a la autocompasión y el narcisismo, y esto consiste en que al final se quedan con lo que les interesa; a sus oídos, hemos justificado sus actos. Así son los violadores.
Y lo mismo pasa con los protogolpistas de Vox. Aquí en España nos pasa que desde la izquierda no se la va a dar la razón a la derecha ni desde la derecha a la izquierda jamás, como si se tratase de que a un merengue le pidiesen celebrar una victoria de los culés. Supongo que eso sucede porque estamos en una fase adolescente como sociedad democrática y pensamos que esto en realidad es un juego. Ahora, bien, si no sabemos distinguir el límite en que van a dejar de respetarse los mínimos derechos humanos, entonces damos alas, alas podridas, a las hordas de piratas que harían de la nuestra una sociedad insufrible. Está bien que haya gente que piense y diga que jamás votará a Podemos. Está bien que haya gente que retuerza la realidad para decir que Podemos es comunista y que por tanto nos va a traer la pobreza que ha caracterizado algunos regímenes comunistas. Pero lo que es un profundo error, por táctica o por cabreo, es decir que Podemos y Vox son iguales, pero en distintos lados del espectro político.
Podemos es un partido democrático y Vox ha renunciado a sus procesos democráticos para mayor control del aparato. Podemos defiende los derechos humanos y Vox defiende los derechos solo de los suyos. Salvini, que dejó morir a inmigrantes en el Mediterráno, y que irá a la cárcel por ello, encaja en Vox, no en Podemos. Amanecer Dorado, que finalmente ha sido declarado agrupación criminal, era una formación política hermana de Vox. Vox defiende la dictadura de Franco, en la que se mataba a la gente por lo que era, no por lo que hacía, y teniendo en cuenta esto, todo blanqueamiento del franquismo como dialéctica contra los partidos de la izquierda, solo sirve para que los animales dictatoriales, territorialistas y opresores salgan de sus madrigueras con una halo de legitimidad social; porque ellos escuchan lo que quieren.
Por eso puedo sostener sin ningún asomo de duda que el PP siempre le falló a España, porque no condenó el franquismo y porque se opuso a la aplicación de la ley de memoria histórica, que es la misma oposición que mostraron al matrimonio entre personas del mismo sexo, una oposición que solo sirve para hacer oposición, pero que ni construye patria ni futuro. Por eso puedo sostener sin ningún asomo de duda que el problema aquí no es Vox, sino el PP, y Cs, que en lugar de cercar a los piratas que quieren arrasar nuestras costas, se han compinchado con ellos y están legitimando su discurso.
Hay una diferencia abismal entre la derecha española y la derecha alemana, francesa o británica, y es que la derecha española no tiene planes, no sabe qué hacer con un país si no es saquear y venderlo, no son buenos españoles porque no son buenos demócratas y por eso, ahora que las amenazas de golpe de estado de Vox han subido de nivel, se callan, porque condenarlas, para ellos, sería como jalear un gol del Barça siendo merengues.
Así de patéticos, acomodados e insuficientes son, ellos, y si no espabilan, sus votantes.