Corresponsabilidad y participación. Esas son dos de las
principales claves ante una crisis climática sin precedentes y en la que t
odos los ciudadanos estamos llamados a hacernos corresponsables en la toma de decisiones para
priorizar medidas para frenarlo, más aún cuando la
Covid-19 ha demostrado que el
agua es un bien central en el funcionamiento de nuestras ciudades y una ventana de oportunidad para
concienciarnos de la importancia de la participación.
Con este espíritu,
Emasesa amplía hasta el 15 de enero el proceso de
participación ciudadana para su Plan de Emergencia Climática, en el que ya se está trabajando a través de
mesas técnicas y recopilando las
aportaciones de numerosas entidades públicas y privadas que representan a la sociedad sevillana.
Emasesa lleva
desde el mes de septiembre diseñando el que será el
Plan de Emergencia Climática de la empresa pública a través de un proceso participativo que responde a la
necesidad de tomar constancia de la variedad de situaciones, visiones y problemáticas que afectan a los diferentes sectores sociales involucrados frente a la emergencia climática.
Desde noviembre de 2017, con la creación del
Observatorio del Agua,
el usuario se ha situado en el centro del modelo de cogobernanza de la gestión del agua, en la que la ciudadanía, su
participación, es uno de los
elementos claves en todas sus actuaciones. Siguiendo este modelo, la ciudadanía
puede hacer valer su voz en un proceso participativo en el que todos somos corresponsables de las medidas a adoptar ante la emergencia climática.
“No sólo se trata de saber si lo que hacemos está bien hecho, sino
qué impacto producimos sobre la ciudadanía. Debemos ser un
actor clave de la transformación social, así es como lo veo y, para ello, tenemos qué conocer su percepción sobre nosotros y
potenciar su corresponsabilidad”, asegura el
consejero delegado de Emasesa, Jaime Palop.
En este momento se encuentra
abierto el plazo de consulta ciudadana para la redacción del Plan de Emergencia Climática, dando así a la población la posibilidad de
participar activamente en la definición de este Plan. Para que la participación sea amplia, Emasesa ha prolongado el plazo de participación
hasta el 15 de enero, que se puede articular a través de la web
participacion.emasesa.com
Amplia participación
Hasta el momento, las d
iferentes mesas de participación han contado con las aportaciones de técnicos expertos de
diferentes entidades e instituciones públicas. Del
ámbito de la sociedad destacan la Asociación Española de Operadores Públicos de Abastecimiento y Saneamiento (AEOPAS), la Universidad de Sevilla (también de la facultad de Arquitectura), la Oficina de Planificación Hidrológica de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, WWF, Red Sevilla por el Clima, Asociación de Energías Renovables de Andalucía, Colegio de Ambientólogos de Andalucía, UCA-UCE, Fundación Savia, Forética, Unión de consumidores de Sevilla (UCS), el Máster de la Universidad de Arquitectura Sostenible, y FACUA Sevilla.
Además de la
Junta de Andalucía y de la Oficina de Cambio Climático, por parte de las
entidades locales de la provincia han participado la Agencia Local de la Energía de Sevilla; la Delegación de Medio Ambiente de La Rinconada; el Área Especial de Acción Ecologista, Políticas Animalistas y Consumo y el Área de Hábitat Urbano de Camas; la Delegación de Deportes, Transición Energética y Medio Ambiente de San Juan de Aznalfarache; Arquitectura Municipal de La Puebla del Río; Delegación de Fuente del Río y la Delegación de Parques y Jardines de Dos Hermanas; Medio Ambiente de Alcalá de Guadaíra; y la Delegación de Programas Europeos, Pesca, Juventud, Medio Ambiente y Deportes y el Ayuntamiento de Coria del Río.
Objetivos y plazos
El
objetivo es tener en el
primer trimestre de 2021 “un Plan de todos” que se desarrolle con un
horizonte con dos periodos, uno a corto plazo hasta 2023 y otro a largo plazo, hasta 2030, aunque las previsiones dependerán de los
fondos de reestructuración que vengan desde
Europa.
El Plan es un
reto que responde a un interés social, con un enfoque basado en los derechos humanos y que promueve el
fortalecimiento de la capacidad de adaptación de todas las personas, especialmente de las más vulnerables y de las generaciones futuras. El Plan de Emergencias Climática de Emasesa va a contar con unas
medidas “urgentes, contundentes y efectivas para acelerar la adaptación de nuestra área metropolitana ante los episodios climatológicos de los próximos años y mitigar sus efectos a corto y largo plazo”, aseguran desde la empresa pública.
Este Plan ubica a las personas en el centro para que las respuestas que se desarrollen en aras a afrontar esta situación de emergencia,
“acompañen a los colectivos más amenazados y vulnerables, garantizando el acceso universal al agua y sin dejar a nadie atrás. Y por supuesto, que
no hipotequen a nuestras generaciones futuras”, apuntan.
Hasta el momento, el proceso de participación en la redacción del Plan de Emergencia Climática ha evidenciado el
compromiso de las personas participantes en el cumplimiento de las decisiones adoptadas. También es destacable la
calidad de las decisiones por incorporar, “ya que contamos
con más puntos de vistas y más puntos de análisis”, así como la
responsabilidad compartida por las consecuencias de las decisiones. Y el último aspecto es la
legitimación de la toma de decisiones que aporta un proceso participativo de estas características.
Emasesa
también tiene en marcha un
proceso participativo, con el mismo formato, para la
redacción de su Plan de Emergencia ante situaciones de Sequía, también abierto a consulta ciudadana, con el que se establecen los
ejes y líneas de trabajo, los objetivos y las principales actuaciones del gobierno municipal durante un periodo de cuatro años.
Entre los
proyectos más relevantes se encuentran los que están enfocados a la
búsqueda de fuentes alternativas, como son las aguas subterráneas y la potenciación del uso de las aguas regeneradas.
Proyectos de Emasesa ante el Cambio Climático
Reducción de las emisiones a cero
- Apuesta por la eficiencia energética y las energías renovables, produciendo energía hidroeléctrica en el Gergal y el Salto de la Trocha, y generación de energía para autoabastecimiento con una planta solar fotovoltaica en las instalaciones del Carambolo.
Eficiencia en el ciclo verde del agua
- Reducción de la captación de agua disminuyendo los consumos mediante la telelectura y mejora de los sistemas de vigilancia y control de calidad de las aguas, con técnicas analíticas para reducir los contaminantes y microorganismos emergentes.
Economía circular: proyecto Mitlop
- Reducción de la generación de residuos con medidas como el proyecto Mitlop, con un modelo de gestión de lodos de depuración y otros residuos orgánicos cerrando el ciclo urbano del agua, facilitando además el tratamiento de otros residuos.
Toda la información en
participacion.emasesa.com