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El jardín de Bomarzo

Cádiz suena bien

La crisis sanitaria ha dejado al descubierto muchas carencias como sociedad y el tiempo y la distancia nos hará verlas

Publicado: 25/06/2021 ·
13:20
· Actualizado: 25/06/2021 · 13:22
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  • El jardín de Bomarzo.
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Bomarzo

Bomarzo y sus míticos monstruos de la famosa ruta italiana de Viterbo en versión andaluza

El jardín de Bomarzo

Todos están invitados a visitar el jardín de Bomarzo. Ningún lugar mejor para saber lo que se cuece en la política andaluza

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"Doló de mare mía, cuando vi a tené otra mare como la que yo tenía. Válgame Dios, que alegría tiene to el mundo, qué penita tengo yo..."Antonio Reyes, flamenco.

La crisis sanitaria ha dejado al descubierto muchas carencias como sociedad y el tiempo y la distancia nos hará verlas y, por qué no, también más fuertes, mejores. Al margen de las muertes y es impresionante como llegamos a humanizar la tragedia para convivir con ella con hasta naturalidad, de lo peor de los meses de pandemia, de confinamiento, de movilidad reducida y de estado de alarma ha sido el silencio, ese que te engullía por las calles porque los viandantes apenas si cruzaban palabras entre sí atemorizados; no sonaba, de hecho, música de fondo como si la crisis y el miedo nos obligara a estar en silencio prisioneros de una melancolía colectiva y, para oír música, hay que estar un algo de contentos. Puedes estar triste y ponerte la canción del adiós de Leonard Cohen, claro está.

El silencio, además, encaja mal con estos seres humanos del sur cuyas tradiciones se basan en festejos donde se juntan en masa, se tocan, abrazan y se estampan besos con dilatada generosidad, todo ello en un desparrame de humanidad que distingue al carácter andaluz. Humanizamos la tragedia, casi nos habituamos a ella y, de pronto,

All you need is love, esta semana se concentran acontecimientos de distinguida sonoridad: el día europeo de la música, esa herramienta que nos agranda la vida y la hace plena gracias a su magia y belleza y provoca algo tan nuestro y vital como es bailar y para bailar lo único imprescindible es -en ese momento al menos- estar feliz, y el acabose de la obligatoriedad de llevar mascarillas en la calle y, ya advierto, este que suscribe no seguirá ninguna recomendación preventiva al respecto más allá de lo que la Ley rigurosamente exija. Y el día que no sean obligatorias en ningún espacio serán quemadas todas aquellas sobrantes en propiedad mientras suene a toda pastilla Got some rock & roll thunder de Ac Dc dando, en derredor a la fogata, vueltas y machacando a brazo partido una eléctrica invisible -no descarto pantalón corto en imitación al eléctrico guitarrista del mítico grupo-.

Un día te citan para la vacuna y suceden dos cosas. Una es que tomas conciencia de lo que bien que funciona el sistema sanitario español, andaluz, habilitado un polideportivo donde todo está perfectamente organizado, es rápido, claro, no sabemos qué es lo inyectado o qué efecto secundario puede tener y mientras introducen la aguja y su líquido elemento te preguntas si en un rato no te crecerá un rabo de canguro, pero por lo demás vale su peso en oro. La segunda cuestión es algo mucho más mundano e inimaginable: te encuentras con cientos de personas -hasta miles- de tu edad, de tu año y, obviamente, miras a los demás comparándote y te sientes, uauuuu, como Loquillo con toupé acompañando a Pepe Risi a dúo en Una noche sin ti"Dan las seis, sintonizo a los Stone, recuerdos del pelo largo, viejo blues...". Bien. La vida tiene sus momentos de rock and roll, piensas en ese instante que recuerda el reencuentro de tu curso 25 años después y cuentas calvos, gorditos y a ellas, puf, con lo monas que eran. Y tú, uauuu!!, en plan Qué barbaridad de Urrutia -Jé-.

El ritmo de vacunas se agiliza de manera vertiginosa, el verano oficial comenzó el lunes 21 y la AEMET anuncia que será más caluroso de lo habitual...; el ciudadano está por tanto animoso y receptivo y, ante eso, el Gobierno, que baja casualmente el IVA en energía esta misma semana, cambia el disco para introducirla -la idea- con somera suavidad para que no duela -Diana Krall al piano con Just the way you are-: indultos. Hay que reconocer cuánta habilidad para darle la vuelta al disco y pasar a dominar el debate, lo embadurnan con medidas que al ciudadano agradan y entretienen y lo camuflan como un paso adelante para intentar resolver el problema catalán cuando, es evidente, el independentismo no va a cejar en su idea de que se convoque el referéndum y si es delito atacar la Constitución, lo es y eso hay que pagarlo. Pedro Sánchez dijo cuando presentó la moción de censura a Rajoy que convocaría elecciones al mes siguiente y tardó dos años, también que jamás firmaría los indultos y a la vista está... Ahora que esto nada tiene que ver con la situación de Puigdemont en Bruselas y sus cuentas con la Justicia. Ya. Naturalizamos la tragedia, también la mentira. Por mucha Diana Krall al piano que pongas.

No contaban, bien es cierto, PP, Vox y Ciudadanos con que la Confederación de Empresarios, el Consejero Delegado del Banco de Sabadell y la misma Confederación Episcopal española fuesen a salir apoyando los indultos: "Todo lo que vaya encaminado a la normalidad es bueno", "la fuerza que tienen el diálogo y las medidas de gracia en todas las situaciones de conflicto”; ninguno de estos colectivos son de izquierdas, pero han conseguido en los últimos días desactivar las críticas y apelar a un análisis distinto: el de intentar solucionar un conflicto que ha marcado la historia española desde siglos y suena Serrat"Harto ya de estar harto ya me cansé...". En todo caso, la afluencia en Colón y las pocas firmas aventuraban que el tema indultos no es algo que preocupe en exceso a la mayoría del pueblo, como tampoco lo hizo en su día los casi 20.000 acordados por los distintos gobiernos de la democracia; o el de Armadas, Barrionuevo, Rafael Vera o el acordado por Aznar a favor de 17 terroristas de Terra Lliure que fue el brazo armado del independentismo catalán y con varios asesinatos terroristas a sus espaldas, lo cual nos hace pensar que se construyen debates políticos mediáticos alejados de la importancia que para el pueblo tiene el asunto, que ahora sólo piensa en ser vacunado, la vida sin mascarilla, la Eurocopa y a ver España hasta dónde y en esas vacaciones con música. Hartos de estar hartos.

Mientras, Juan Espadas canturruea por lo bajines We are de champions camino a negociar el cese total de actividades de Susana Díaz y ésta no encuentra la letra adecuada en el repertorio de, pongamos, Isabel Pantoja. Quizás: "Ese barco velero cargado de sueños cruzó la bahía, me dejó aquella tarde, agitando el pañuelo, sentada en la orilla..". Ejem. La ex presidente, la ex candidata a la Junta y la en breve ex secretaria general busca salvar a su entorno y continuar en política ubicándose en el senado, pero quiere ocupar la plaza de Miguel Ángel Vázquez allí y Vázquez y el equipo de Espadas no lo verían mal siempre que Juan Cornejo renunciara a su puesto en el parlamento para entra él sustituyéndole, porque se quedó a las puertas por Cádiz. ¿El futuro de Cornejo? Con la jubilación a las puertas, la recogida de espárragos por los montes de Medina no deja de ser una alternativa -El KoalaOpá, yo viaze un corrá...-. Espadas, así, tendría otra persona de confianza dentro del grupo parlamentario, ese que tiene a Ángeles Férriz y María Márquez como máximas protagonistas del presente. Las provincias, por lo demás, andan revueltas en su reorganización, haciendo números, oteando el futuro porque es obvio que Díaz evitará un adelanto del congreso regional entregando las llaves de San Vicente tanto como que el susanismo que quede -ese que no se haya trasladado al bando ganador y ya señalan a algunos como Jiménez Barrios pisoteando la frontera...- intente negociar su cuota de cara a los congresos provinciales. Como en Cádiz, donde López Gil se ve con opciones de liderar una corriente de cara al congreso provincial enfrentándose a Irene García para juntarse con algunos críticos a la dirección actual -Fran González por Sabina"Ahora es demasiado tarde princesa, búscate..."-. Igual Gil en breve manda uno de sus famosos twits dándose ganador. La disparidad musical de Cádiz es, de hecho, por todos conocida, el que más y el que menos coge un micro y se arranca. Y hasta sin micro, a pulmón.

Porque, qué duda cabe, #CádizSuenaBienSuena con el corazón partío de Sanzte camela Niña Pastori o emociona la voz del chiclanero Antonio Reyes bajo los acordes de Cepero. Más cuando llega este momento mágico del año, principios de verano, días largos, atardeceres eternos y azules y un mar de fondo que invita al desparrame. Sin mascarillas y, por fin, hechizados por el ruido, por esa secuencia de sonidos conocida por música que estimula la inteligencia, la salud y que como único idioma universal hace que un japonés se emocione con una bulería. Por tanto, un, dos, tres..., que suene.

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