Hace unos días saltó la noticia de que en el centro de enseñanza pública IES Complutense de Alcalá de Henares ha sido suspendido de empleo y sueldo un profesor por motivos relacionados con la explicación de los sexos en su clase de biología de 1º de ESO.
Según el docente lo han hecho solo porque dijo a sus alumnos que existen dos sexos biológicos, una cuestión cromosómica de indiscutible valor científico y además ha denunciado que la directora del centro y la inspectora encargada lo intimidaron y discriminaron.
Por otro lado la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid informó que la Inspección Educativa abrió un expediente disciplinario al citado profesor apartándolo de la docencia para investigarlo tras diversas denuncias de familias de alumnos para las cuales los apuntes que daba en clase no eran acordes con el currículum de Biología.
El Consejero también señaló que el profesor no fue suspendido de empleo y sueldo aunque ha visto reducido su salario por la medida tomada. Nadie aclara cuáles fueron las quejas y muchos medios han centrado el asunto en que al profesor no le apartaron por decir que existen dos sexos biológicos, que la directora no tiene potestad para tomar esa medida y que la Inspección cumplió la normativa legal.
Hay quienes consideran que todo lo ocurrido responde a la presión que ejerce sobre el entorno docente el rodillo ideológico de colectivos “de género”, ya que el profesor sancionado dijo que en el centro impartían talleres de temas como afectividad, intolerancia, sexualidad y homofobia sin avisar a los padres, y cuando pidió a la dirección del centro que vinieran gente de todas las ideologías para dar esos talleres (no siempre de la misma) le ofrecieron impartir el temario de sexualidad en la clase de Biología y entonces fue cuando explicó lo que motivó la queja de un alumno.
Yo no sé lo que ocurrió exactamente, no sé lo que pudo decir el profesor sancionado pero si la cosa va por donde creo, la libertad de los docentes en nuestras aulas debe andar muy mal para que a raíz de explicar el sexo humano en biología un profesor termine envuelto en un asunto tan turbio. Tanto si la sanción ha sido por infringir leyes absurdas y caprichosas impuestas por un sector político autoproclamado progresista, como si ha sido por molestar a quien cree que la única sensibilidad que importa es la suya (hasta ignorar la realidad e imponer sus ideas), lo cierto es que la docencia está entrando en una espiral de disfunciones y escenarios valleinclanescos.
Una situación que también van a padecer todas las personas honestas y razonables que no estén dispuesta a plegarse a tanta idiotez y autoritarismo.