El conocido establecimiento Confitería El Torreón y otros negocios como la Granja Azahar o Hierros Neira ofrecieron el pasado sábado la friolera de 4.000 raciones de paella en lo que constituye, que se sepa, la mayor comida de sus características celebrada hasta ahora en Andalucía. La multitudinaria cita se desarrolló en el parque de la barriada El Portichuelo situado junto a El Torreón, aunque el sofocante calor del día restó el público que se esperaba y que sin duda la fiesta gastronómica merecía por su espectacularidad. Para colmo, la paella fue guisada con leña, lo que aumentó la sensación de calor, pero que al mismo tiempo confiere un mejor gusto a la comida.
Para su elaboración, Hierros Neira ha trabajado durante meses en el diseño de la paellera. El rico plato fue elaborado con 250 kilos de arroz, 350 kilos de carne, 100 de pimientos, otros 100 de cebolla, 100 kilos de tomates, 25 de puerros, guisantes, habas y judías verdes y cinco kilos de ajo laminado, 65 litros de aceite y alrededor de 700 de agua, todo con sus correspondientes especias. Productos de la Sierra, “lo más cercano posible a Arcos”, comentaba el promotor Lorenzo Hueso Merino.
Como no podía ser de otro modo, la paellada contó con la ayuda de vecinos y amigos de sus promotores, cada uno pendiente del más mínimo detalle. De hecho, sobre las once de la mañana comenzaron los preparativos, para poco después empezar a organizar el fuego, elaborar el sofrito y cuanto hizo falta, para que a partir de las dos y media de la tarde el público comenzara a degustar el rico manjar. Tal fue la envergadura de la paella que hizo falta un equipo específico de cocineros, que en este sentido tuvo que permanecer muy atento para controlar el fuego y que el arroz no se pasara.
Se había previsto como alicientes la actuación de tres payasos para los más pequeños, música en directo y actividades para mayores. Ya metida en un nuevo día, la organización, que lució indumentaria corporativa con gorras y camisetas propias, dio por cerrada la larga jornada, que en lo negativo estaría marcada por el agobiante calor, pero que puso de relieve la ilusión con la que se montó esta gran fiesta a la que fueron invitados también vecinos de la comarca.
No es la primera vez que el empresario Lorenzo Hueso organizaba una fiesta gastronómica, pero en esta ocasión quiso ciertamente tirar la casa por la ventana, como se suele decir. El mismo agradece que las empresas colaboradoras hayan ajustado los precios de sus productos y artículos, dado que la fiesta requiere un elevado coste.
La cita gastronómica contó con la colaboración también de establecimientos de todo tipo no sólo para preparar la súper paella, sino además para el montaje de la fiesta posterior y el ágape que se sirvió ya entrada la tarde a base de ricos montaditos. Por otro lado, la organización tuvo a bien montar un pequeño stand para recibir la colaboración del público, con lo cual la convocatoria tomó un carácter solidario, como también los beneficios de la barra se destinaron a Cáritas parroquial.
La cita gastronómica contó con la colaboración también de establecimientos de todo tipo no sólo para preparar la súper paella, sino además para el montaje de la fiesta posterior y el ágape que se sirvió ya entrada la tarde a base de ricos montaditos. Por otro lado, la organización tuvo a bien montar un pequeño stand para recibir la colaboración del público, con lo cual la convocatoria tomó un carácter solidario, como también los beneficios de la barra se destinaron a Cáritas parroquial.
