La ilusión de los Reyes Magos quedó palpable en las calles de Arcos durante la cabalgata oficial a tenor de las miles de personas que se apiñaron en los alrededores, en primer lugar, de La Caridad y, después, de la plaza Modesto Gómez, donde Sus Majestades ya tuvieron que hacer un gran sacrificio para echar al aire miles de caramelos y sobre todo para evitar que el público se encaramara en ocasiones a las carrozas solicitando llenar una bolsa de caramelos o atrapar un juguete.
Nada más partir, la cabalgata dio muestras de su creatividad y de la cantidad de nuevos matices que aportó, en un verdadero estallido de color, música y sensaciones. La comitiva real partió a las cinco de la tarde de la plaza de La Caridad. Antes, Sus Majestades se apearon del tren turístico que les sirvió de divertido transporte, pero sobre todo ya entonces habían dado debida cuenta de su inconmensurable labor social al visitar a los ancianos del hospital de San Juan de Dios, del Residencial Lago de Arcos y del asilo de La Caridad, en lo que ya constituye no sólo un encuentro tradicional, sino un momento emotivo que llena de sentido la festividad de la epifanía desde el punto de vista de la generosidad social y el sentimiento solidario intrínseco a las fiestas. En esos centros, los Reyes dejaron regalos para todos y su eterno cariño.
La cabalgata de este año cumplió con las sorpresas que habían anunciado, sin dar detalle alguno, el propio alcalde de Arcos y el delegado de Fiestas, al mostrar al público no tres sino cuatro dromedarios -uno de ellos una cría- que acompañaron a las carrozas con sus respectivos camelleros. Los pasivos animales llegaron a Arcos desde Huelva, donde la empresa camellera tiene su sede. Los entrañables rumiantes caminaron cargados de paquetes de regalos perfectamente envueltos, aunque en ocasiones se les notó un poco extrañados ante la aglomeración. La cabalgata se antojó así una caravana tuareg muy especial y exótica.
La segunda gran novedad fue la presencia de un grupo de piratas zancudos que ofreció baile, malabares y otros juegos que el público supo agradecer. En tercer lugar, la presencia del grupo La bachata de Elena que agasajó durante el recorrido con distintas coreografías, dando a la cabalgata un carácter alegre y divertido.
Hasta nueve carrozas tomaron parte tiradas por tractores. Este año recurrieron a personajes del mundo de la animación y del cine en un alarde de imaginación y creatividad que hay que atribuir a los operarios de la Delegación de Fiestas, dedicados de lleno al diseño tras el desmontaje del Belén Viviente.
Las tan de moda durante los últimos años Monsters High, la carroza que recrea el Nacimiento de Cristo, el personaje de la película Gru mi villano favorito, Rompe Ralph o la de las molineras del carnaval fueron protagonistas a lo largo de un trayecto marcado por fuertes medidas de seguridad, donde Sus Majestades repartieron 8.000 kilos de caramelos, 12.000 balones y miles de pequeños juguetes, sobre todo peluches; todo, bajo los especiales cuidados del equipo municipal que acompaña las carrozas y los miembros de Protección Civil. Los Reyes, socorridos en todo momento por sus pajes, parecían no cansarse nunca de arrojar caramelos y regalos, aunque el público siempre quiera más...: hasta bolsas repletas y más de un paraguas, aunque la lluvia felizmente no apareció ésta vez.
También llamó la atención la presencia en el recorrido de un coche de época propiedad del aficionado arcense a los vehículos antiguos Francisco Fernández. El acompañamiento musical también fue un acto de generosidad por parte de un grupo de jóvenes que se valió de los instrumentos cedidos por la banda de cornetas y tambores de La Borriquita.
La alegre procesión de carrozas se lució especialmente a su paso por la calle Corredera tras recorrer el casco antiguo, con las calles muy bonitas gracias a los llamativos adornos navideños instalados durante las fiestas por el Ayuntamiento. Con este ambiente, y sobre todo con un total apoyo de los arcenses a su cabalgata oficial, la cita se desarrolló más que dignamente, superando sus mejores ediciones e incluyendo novedades que recibieron los elogios y piropos del público.
Como si se tratase de la última carroza de la cabalgata, un equipo de trabajadores del Ayuntamiento dejó las calles en perfectas condiciones, valiéndose de una novedosa, para estos casos, gran aspiradora: un trabajo espectacular por su eficacia.
Desde su nombramiento oficial, Antonio Cantos, Miguel Chamizo y Juan José Parra Calderón (Melchor, Gaspar y Baltasar) no han cesado en el empeño de recoger cuanta ayuda han podido para distribuirla en forma de caramelos y regalos durante la cabalgata, para lo cual han recorrido comercios y sedes empresariales y llevado a cabo actividades como conciertos benéficos y la comida de coronación, entre otras acciones que han posibilitado, unido al tesón municipal, que la ciudad haya disfrutado de una cabalgata magnífica en estos tiempos.
