Las nanas en la poesía de Antonio Murciano es el título del exquisito trabajo realizado por la catedrática de Literatura, escritora y conferenciante gaditana María del Carmen García Tejera, que con gran criterio ha reunido numerosas de estas canciones de cuna que han aparecido de forma indiscriminada a lo largo de la dilatada obra del escritor y poeta arcense.
El libro se abre con un trabajo de la propia autora que refleja a modo de aproximación la nana como género poético-musical en la poesía española, para añadir un apéndice sobre las distintas modalidades de nanas y los rasgos fundamentales en este sentido de la obra del arcense. Tras citar la bibliografía del autor, entra de lleno en la obra con una selección de sus canciones de cuna.
Como una auténtica sorpresa, porque realmente no se lo esperaba, el pasado 13 de junio y coincidiendo con la onomástica de San Antonio, el poeta arcense recibió los primeros ejemplares de la obra de García Tejera, que además es la principal prologuista de la obra de Murciano y su estudiosa por antonomasia. Sin embargo, el arcense apenas puede leer sus nanas porque le producen una infinita emoción, ligada inevitablemente a su desaparecida esposa en calidad de madre de sus hijos.
Y es que la nana despierta, como en cualquier niño, un gran sentimiento hacia la maternidad: “Lirio abierto en la nevada/ que entre lirios nacer pudo/ ¡Quién cubriera tu desnudo/ que tiembla en la madrugada!/ Déjame ser voz alada/ para cantar en tu oído./ Quédate en mi voz dormido,/ que yo velaré tu sueño,/ mi luz, mi vida, mi dueño./ ¡Mi lirio recién nacido!”.