Dentro de su exposición del nuevo curso político, en el apartado de relaciones institucionales, el alcalde de Arcos, Isidoro Gambín, ha puesto el énfasis en la nueva etapa que se abre con la Mancomunidad, ya que después de numerosas gestiones se logró por fin reducir la cuota de participación en la administración comarcal prácticamente a la mitad, aunque es propósito del Gobierno rebajarla aún más durante el próximo año para equipararla con los servicios que presta el ente supramunicipal en Arcos. No obstante, esta medida depende de un nuevo cambio estatutario en la propia Mancomunidad. Además, la institución se ha comprometido con nuevas inversiones en la localidad, entre ellas la construcción de una escuela infantil en Jédula.
Sobre la Mancomunidad, Gambín también señala que resulta “imposible” que Arcos entre a formar parte de sus empresas pública, ya que los compromisos adquiridos con Aqualia y Fomento de Construcciones y Contratas son por 25 y 10 años respectivamente, al frente de los servicios de suministro y depuración de aguas, y de recogida de basuras y mantenimiento de parques y jardines, respectivamente. El alcalde aprovecha esta cuestión para agradecer a la segunda de las empresas la prórroga o suspensión de su acuerdo con el Ayuntamiento hasta tanto no mejore la situación económica municipal.
No obstante, habría sido deseo personal del alcalde que ambos servicios fueran rescatados, es decir municipalizados, pero a estas alturas resulta imposible por los acuerdos alcanzados en el anterior mandato por el equipo PP-Ai-Pro. Además, en el segundo caso, el Ayuntamiento tendría que disolver la empresa Ecorreciclajes, cuyos resultados son claramente negativos por su elevado déficit, con deudas millonarias, por ejemplo, en seguridad social. Como consecuencia de esta y otras situaciones, el municipio viene sufriendo la retención de la Participación en los Ingresos del Estado (PIE) por valor de 600.000 euros que ya no se perciben.