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El Arcos se presenta en Algeciras con la vitola de líder del grupo

Derribó la resistencia del Cabecense a base de garra, velocidad y buen juego. Maqui –dos–, Zúñiga, David Feito, Espada, Canty y Juanjo fueron los goleadores

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  • Arcos C.F. -

ARCOS C.F.                  7
C.D. CABECENSE       1

Arcos: Fran, Nano, Cortijo, Gabi, David Feito, Zúñiga, Melo, Zafra (Espada, min. 71), Juan Gómez (Juanjo, min. 81), Jacobo y Maqui (Canty, min. 79).

Cabecense: Revuelta, Alvi, Juli, Javi Salas, Francis (David Segura, min. 73), Cachana, Bucarat, Dani (Francisco, min. 55), Reguera (Vieri, min. 83), Guti y Burrita.

Goles: 1-0 Maqui (16’). 2-0 Maqui (18’). 2-1 Javi Salas (25’). 3-1 Zúñiga (min. 65). 4-1 David Feito (76’). 5-1 Espada (80’). 6-1 Canty, de penalti (88’). 7-1 Juanjo (89’).

Árbitro: Muñoz Arjona (Granada). Amonestó a Francis, Francisco, Javi Salas y Cachana, todos ellos del C.D. Cabecense.

Incidencias: Decimosexta jornada. Antonio Barbadillo. Unos 700 espectadores. Tarde lluviosa.

El potencial ofensivo del Arcos salió a flote nuevamente en un partido que no fue tan fácil como pueda indicar el abultado marcador con el que se llegó al final del choque. Las huestes de Jose Herrera no las tenían todas consigo pese a que se adelantaron en el marcador en dos ocasiones por medio de Maqui (minutos 16 y 18). Burrita le puso un balón de oro a Javi Salas en el minuto 25 que este no desperdició, poniendo hielo al impetuoso comienzo de los blancos a los que todo les iba bien hasta ese momento, un Arcos que registraba numerosas novedades tanto en presencia (Cortijo, David Feito, Melo, Zafra…) como en ausencia (Adri, Chato, Oca, Juanca, Antonio Sánchez…) pero que se supo sobreponer a las variaciones introducidas cuajando una actuación pletórica de entrega, garra e intensidad, jugando al límite del reglamento y peleando por cada balón como si no hubiera mañana.

El Cabecense es un conjunto que le tenía tomada un poco la medida a los blancos, le ganó en pretemporada y en Las Cabezas y suele plantearle unos duelos muy tácticos y con presión colectiva, todo ello de manera sincronizada y disciplinada, pero hoy no fue lo mismo. Los arcenses se quitaban la pelota de encima en cuanto veían cerca al enemigo y los errores en la salida de balón y las pérdidas ‘tontas’ fueron insignificantes.

Había orden de romperla en situación comprometida buscando el despeje orientado, el pelotazo con sentido. Costaba ganar la espalda a la zaga rojinegra pero había alternativas: el centro desde la banda y el remate a puerta era una de ellas (gol de Maqui a centro de Juan Gómez); la jugada individual y el disparo a gol sorpresivo era otra (gol de Maqui a pase de Jacobo). El juego de ataque local fluía como la lluvia suave, que caía en el césped sin prisa pero sin descanso, pero el Cabecense también jugaba. Burrita sacó la varita cuando se esperaba y habilitó a Javi Salas, que subió a rematar en el minuto 25 una falta en la que se quedaron solos hasta tres jugadores sevillanos para fusilar a Fran. Había partido tras el gol visitante y en esas se llegó al descanso.
El conjunto de Manuel Luque no había dicho su última palabra y si llega a entrar el cabezazo de Burrita en el min. 51 –al que Fran respondió con un escorzo imposible para desviar el balón–, el partido habría estado en un puño para los dos bandos. Antes de eso, Maqui había tenido el tercero de su equipo y de su cuenta personal a pase de Zafra, pero no conectó bien el chut a puerta. No puede entrar todo.

Lo volvió a intentar nuevamente en el min. 62 al intentar marcar a puerta vacía con Revuelta fuera de sitio, pero no acertó a dirigir el balón con la tranquilidad necesaria.

A esas alturas, los blancos ya estaban en modo ‘ataque furibundo’ y las ocasiones se presentaban una detrás de otra, sin prisa pero sin descanso. La siguiente iba a ser la decisiva porque pondría una distancia insalvable en el marcador para los de Las Cabezas. Una volea desde la frontal del área del capitán arcense Zúñiga hacía rodar la defensa rojinegra como los bolos, con todos los zagueros fuera de sitio y a contrapié, tirándose al suelo con desesperación para tapar el mazazo que procedía de la bota derecha del omnipresente número seis local, que atraviesa por uno de los mejores momentos que se le recuerdan, dirigiendo las operaciones del equipo y peleando como el que más a lo largo de todo el partido. El golpe definitivo lo dio el recién llegado David Feito en el min. 76 marcando uno de los goles merecedores del Trofeo Puskas 2016. Sin venir a cuento, largó un misil tierra-aire que hizo estremecerse el marco de Revuelta sacudiendo la red como pocas veces se ha visto.

El soberbio gol aniquiló la resistencia enemiga y aunque ya estaban garantizados los tres puntos, la segunda unidad (Espada, Canty y Juanjo) entró en el campo sedienta de batalla, hambrienta de gloria y exigiendo protagonismo en cada acción. En menos de nueve minutos –los que van del 80 al 89– acribillaron a su rival con un Canty en estado de gracia, que presentaba sus credenciales para lo que queda por llegar, que es mucho. Inmersos en un frenesí goleador, los blancos volaban sobre su presa ahítos de triunfo, enervados con su propia vena de aciertos, obcecados con la meta rival, imparables. Como los auténticos campeones, sin dar tregua al contrario y manteniendo el ritmo hasta no cruzar la línea de meta.

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