El policía local de Arcos de la Frontera José Navarro se encontraba el pasado sábado disfrutando de su día de descanso, de una plácida jornada de playa con su esposa en la costa gaditana, en Zahora exactamente. Estando en un chiringuito tomando un refresco se sobresaltó al ver cómo una niña de tan solo cuatro años se había quedado literalmente sin respiración por atragantamiento.
Pepe, como es conocido en Arcos este policía, escuchó a un hombre (el padre de la niña) gritar pidiendo ayuda y no dudó en asistir a la menor practicándole de inmediato la maniobra de Heimlich que le salvó felizmente la vida. Para ello, tuvo que propinarle algunos golpes a la niña, que acabó vomitando el supuesto producto de su atragantamiento. La menor reaccionó y en unos instantes quedó como si no hubiera pasado nada. La escena se produjo ante el bloqueo que sintió de forma generalizada la clientela del chiringuito, que sin duda vivió momentos de angustia. La experiencia del policía de Arcos fue clave para salvar una vida, aunque este veterano agente ya se ha visto envuelto en más de una situación cuya resolución ha servido para salvar una vida.
La gesta de Pepe Navarro ha tenido gran repercusión esta semana; en primer lugar gracias a las redes sociales que rápidamente difundieron la noticia convirtiéndole en un héroe, aunque él asegura modestamente no sentirse como tal. Se da la circunstancia de que el padre de la niña es un vecino joven de Sevilla que trabaja en Holanda y que estaba disfrutando en la playa de Zahora de su primer día de vacaciones; un tiempo de descanso que, de no ser por la intervención de la policía, habría comenzado de la peor manera posible.
La formación profesional de José Navarro fue clave, de ahí que demande que las familias y la sociedad en general conozcan las maniobras necesarias para reanimar a una persona en caso de desfallecimiento. Por lo pronto, a Pepe se le ha quedado grabada una imagen, la de una niña abriendo los ojos de regreso a la vida, algo que difícilmente podrá olvidar en mucho tiempo.