Los más pequeños disfrutaron pringándose las manos por introducirlas en la masa artesanal, y los más mayores intentando buscar el punto perfecto a la mezcla. El objetivo de este taller organizado por el área de Festejos del Ayuntamiento de Antequera no es otro que recuperar esta tradición entre los más pequeños, según explicó José Cobos, concejal responsable del área.
“Se trata de un taller participativo con el que también damos a conocer a los turistas estos dulces tan típicos y conocidos para los vecinos de Antequera y que son imprescindibles en estas fiestas navideñas”, continúo Cobos.
Con las manos en la masa
La tarde comenzó animada. Niños y niñas esperaban impacientes junto a sus madres a que el taller se iniciara. Nada más inscribirse en el listado, los participantes recibieron un gorro y un mandil para no mancharse. Difícil tarea para algunos. Y es que la tarde de juego prometía entre los más pequeños, que ayudados por sus madres pusieron todo su empeño en mezclar bien los ingredientes, conseguir una masa compacta y llevarla al horno para, después de unos veinte minutos de cocción, obtener los primeros mantecados caseros. Todo un lujo.
Aún así, había concursantes bastante entendidas en el tema. Eran las más adultas, y por tanto las más expertas. “De pequeña hacía mantecados con mi madre. Ella me enseñó a hacerlos en el horno de casa y yo he seguido la tradición con mis hijas”, explicó una de las participantes mientras ponía la masa en la bandeja de hornear.
Son múltiples los dulces que se pueden degustar en Navidad. Todos ellos constituyen un símbolo inequívoco de estas fiestas, siendo recuperados, en su mayoría, del olvido, para ser nuevamente desterrados una vez que pasan las fiestas. El reconocido por muchos como el más humilde de todos estos dulces es el famoso mantecado, que no puede faltar en ninguna mesa de delicias navideñas durante estos días.