La de hoy viernes es la penúltima jornada de un Festival de Jerez que ha llenado la cartelera de eventos flamencos de Cádiz en las últimas semanas.

Un festival que nos propone para hoy los espectáculos de Joselito Acedo, a las 18:30 horas en la Sala Compañía, y el de Mercedes de Córdoba, a las 20:30 horas, en el Teatro Villamarta.

En plena madurez, Joselito Acedo nos presenta en concierto su último trabajo Triana D.F. (Distrito Flamenco), donde nos muestra diferentes formas de entender el acervo flamenco del barrio de Triana.

El barrio de Triana es cuna del flamenco, ha visto nacer a grandes artistas como Rafael Riqueni, Antonio Cortés Chiquetete, Antonio Canales, Lole Montoya y Manuel Molina, La Susi, Juan José Amador, José Acedo o Remedios Amaya, entre muchos otros.

Tres generaciones de artistas se dan la mano en la guitarra de Joselito Acedo, que ha sabido asimilar con naturalidad la influencia recibida a lo largo del tiempo por sus predecesores, recogiendo con vibrantes armonías palos que van desde la bulería, pasando por la seguiriya, hasta la Soleá.

Mercedes de Córdoba nos ofrecerá el espectáculo “Sí, quiero”, una respuesta categórica que no admite dudas.

Bailar es para Mercedes de Córdoba una urgencia orgánica. El lenguaje natural con el que se cuestiona, se busca y se reafirma. El lugar donde convive el desvelo, la pasión, la esperanza y la locura. Un destino inevitable que es veneno y antídoto.

Bajo esta premisa, en “Sí, quiero”, la artista sella un doble compromiso en el que explora las emociones que fluctúan en torno al arte y al amor e invita al público a celebrar la vida.

De esta forma, arropada por el cante, la guitarra, la percusión y las palmas de los músicos que la acompañan, y por un cuerpo de baile de cuatro bailaoras que le sirven de espejo, Mercedes de Córdoba propone un viaje en el que los tradicionales rituales de las ceremonias nupciales sirven de sutil metáfora para compartir los sentimientos más primarios.

Así, para combatir la incertidumbre, por pura supervivencia y sin esperar nada a cambio, Mercedes de Córdoba crea en esta obra un espacio propio para entregarse sin condiciones, de forma clara y categórica, con el flamenco que le conmueve y le impulsa.