Ya lo dice el refranero español; las cosas de palacio van despacio. Como despacio va el proyecto de reordenación de la plaza de la Candelaria, pese a que ya se hayan celebrado tres concursos de licitación y los tres hayan resultado desiertos. Muchos son los gaditanos que se preguntan el porqué de tanta premura repentina por parte del Ayuntamiento, en lugar de dejar pasar ya la Semana Santa y así acometer un cuarto concurso público con más tiempo, tranquilidad y sin presiones por parte de instituciones como Cádiz Centro Comercial Abierto o el propio Consejo Loacal de Hermandades. Tal vez trabajar sin tantas presiones, beneficiaría a la hora de encontrar con tranquilidad una empresa que de verdad estuviera interesada en acometer dichos trabajos. Lo cierto es que el Ayuntamiento, en esto ya va tarde dado que la financiación de esta inversión, cercana al millón de euros, se enmarca en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia financiado por la Unión Europea con los fondos Next Generation, en virtud del cual la reurbanización debe estar terminada en 2023. Mi pregunta es, ¿por qué no se han convocado antes los concursos? ¿De verdad ven serio que en plenas navidades y con los carnavales y la Semana Santa empujando, se estén convocando nuevas subastas? Juzguen ustedes mismos.
El tema está en que al Consejo de Hermandades -que suele ser mucho más previsor-, le inquieta sobremanera, no solo Candelaria, sino un calendario que avisa de que en poco más de cien días no una, sino todas las hermandades tendrán que atravesar por dicho núcleo de la ciudad. Además, cabe destacar que Candelaria no es un punto cualquiera, sino que se trata de un lugar clave de la carrera oficial. Por ello, en caso de que Candelaria no pueda usarse para el paso de las hermandades, forzaría no solo a modificar el itinerario de la carrera oficial, sino a improvisar cambios muy significativos en los recorridos de las treinta cofradías participantes de Catedral a sus templos.
Así las cosas, las hermandades trabajan en una posibilidad de peso y con cierta consistencia basada en que la carrera oficial se adelante hasta la plaza de San Agustín y culmine en la Catedral. Lo que viene a ser el planteamiento de la Procesión Magna del pasado mes de septiembre (que tanto gustó a gaditanos y forasteros) pero a la inversa. Un cambio que obligaría a más de ocho cofradías a retornar por el Campo del Sur, con el riesgo que ello implica, en caso de jornadas marcadas por el viento. No obstante y más allá de conjeturas, hay una única realidad, que seguimos a la espera de lo que el Ayuntamiento comunique, con la casa sin barrer y atados de pies y mano al calendario y a Candelaria.