A los socialistas se les atragantó ayer la recta final del escrutinio. Y no era para menos. Durante casi toda la tarde, el PSOE de Óscar Torres estuvo acariciando el bastón de mando de la ciudad. Las cuentas le salían si iba de la mano con la confluencia, aunque, tal y como admitió resignado y con semblante serio, tampoco perdió de vista que “todo se estaba jugando en unos cientos de votos”, por lo que “en todo momento hemos procurado mantener la calma”. Esta cautela no evitó, sin embargo, que el sabor fuera mucho más que agridulce.
“Lo hemos tenido cerca, sinceramente, creemos que quien sale perdiendo es Cádiz y eso es lo que más duele”, resaltaba, sacando pecho, no obstante, por los resultados, pues “mejora claramente con respecto a 2019 tras obtener dos nuevos concejales. Los siete escaños siguen siendo insuficientes. “Para el PSOE son unos buenos resultados electorales, pero son unos malos resultados para la ciudad y para la izquierda de esta ciudad”, señaló, apuntando también a la división de los partidos de la izquierda como “una de las claves por las que la derecha vuelve a la Alcaldía de Cádiz”.