"Perfeccionista y curiosa de la vida", así se define Carmen Martínez Bordiú y Franco, quien en su libro "Cumple años, gana vida" se desnuda por dentro y habla sin tapujos de la relación "agridulce" que mantuvo con su padre, el Marqués de Villaverde y de su forma de ver y sentir el sexo.
Harta de oír y leer cosas que escriben los demás sobre su propia vida sin conocerla, sin saber cómo piensa o lo que siente, Carmen Martínez Bordiú, a sus 58 años, ha decidido desvelar en el libro publicado sobre sus "vivencias, sensaciones y emociones", explica la nieta de Franco.
Con naturalidad, expresa que "se puede tener relaciones sexuales con una persona pensando que te estás tomando un bocadillo y, si te gusta, repites"; ya que para ella "el sexo es tan natural como la vida misma y le "sorprende" que "en el siglo XXI, la gente aún tenga prejuicios y que no sea capaz de hablarlo".
En su libro considera que las mujeres son más bisexuales que los hombres, pero no lo cuenta, puntualiza, como una "experiencia personal". "A mí el desnudo femenino siempre me ha gustado. En mi etapa parisina, donde viví muy de cerca el arte, el cuerpo femenino era lo que más me atraía", explica.
Subraya que "en el mapa erótico personal no hay límites" y, en su caso, señala, los límites los pone ella. A esa conclusión llegó en París tras ver la película "El imperio de los sentidos", un filme en el que la posesión total era llegar incluso a la muerte: "Esas imágenes -confiesa- me impresionaron y me hicieron reflexionar muchísimo. Se dice que el orgasmo es como una pequeña muerte".
Pese a nacer en un palacio, Martínez Bordiú quiso desde muy pequeña tener "una vida sin corsés", quería ser la protagonista de su destino y evitar que nadie la dirigiera.
Recuerda la figura de su padre, el Marqués de Villaverde, y le produce "una gran pena" no haber podido disfrutar más de él: "Era muy estricto. De niña le admiraba, pero -lamenta- la autoridad que ejercía sobre mí hizo que nos distanciáramos".
También reflexiona sobre la relación que mantiene con su actual marido, José Campos, con quien se lo pasa "muy bien", ya que le hace "reír", y recuerda que cuando le conoció se dio cuenta de que era una relación que le gustaba porque era ella quien "llevaba la batuta".
Gestionar su destino amoroso
"Por primera vez, hacía lo que me daba la gana. A partir de ese momento, me asumí como mujer. Decidí que nunca más nadie iba a mandar en mí, que yo era quien gestionaba mi destino amoroso", asegura.
Recuerda que hace años, le hubiera entusiasmado posar desnuda ante el objetivo del fotógrafo Helmut Newton, pero "lamentablemente", dice, ese proyecto "no llegó a término", y ahora no ve la necesidad de retomarlo al estar "más desconectada del mundo de la fotografía artística".
Como madre afirma que ha "sufrido mucho": "La separación de mis hijos cuando estuve en París, la muerte de mi hijo Fran y el distanciamiento con Alfonso -enumera- son heridas que nunca cicatrizan (...) El dolor que sentía me dejó seca".
"No sigo las reglas establecidas, tengo un fondo bastante profundo de las cosas y me considero una persona más espiritual que religiosa", resume Martínez Bordiú. Y concluye, con determinación, que la personalidad viene dada por los signos del zodíaco: "Como buena piscis -indica- soy enamoradiza y fantasiosa"