Las inclemencias meteorológicas han impedido que Cádiz Abolicionista lleva a cabo la manifestación prevista con motivo de este 8M, Día Internacional de la Mujer.

Por recomendación de la Policía Nacional, el colectivo ha decidido finalmente suspender la marcha y llevó a cabo una concentración frente a la Subdelegación del Gobierno en Cádiz a mediodía, durante la que se dio lectura a un manifiesto que rtemarca que “el feminismo es lucha por la liberación de todas las mujeres y eso significa rechazar todas las formas de explotación que nos reducen a cuerpos disponibles para el mercado y los deseos masculinos”.

“Denunciamos la prostitución, la pornografía y los vientres de alquiler como violencias que nos cosifican, nos despojan de nuestra dignidad y perpetúan nuestra opresión”, apunta Dennyris Castaño, portavoz de Cádiz Abolicionista.

“Ser mujer no es un trabajo ni un servicio que se pueda comprar”, agrega, en la línea del manifiesto, que remarca que “la prostitución no es empoderamiento, es esclavitud sexual; la pornografía no es entretenimiento, es violencia; la gestación subrogada no es altruismo, es explotación sexual”.

Por ello, el colectivo exige “políticas públicas abolicionistas que protejan a las mujeres en situación de prostitución, castiguen a los proxenetas y puteros y cierren la puerta a la legalización de la explotación sexual”, así como la eliminación del género, “porque el feminismo no acepta que se nos imponga una identidad basada en estereotipos sexistas”. Al respecto, agrega que “ser mujer no es una identidad sentida, es una realidad material marcada por la opresión”.

En clave local, Cádiz Abolicionista reclama al Ayuntamiento “que cumpla con su palabra y lleve a cabo la separación de las delegaciones, garantizando que las mujeres tengamos el espacio que nos corresponde”. “No aceptamos excusas ni demoras: las políticas de igualdad deben estar al servicio de las mujeres y no diluirse en estructuras que invisibilizan nuestras demandas y necesidades”, advierte.

“No estamos aquí para celebrar, sino para recordar que esta lucha es de todos y por todas las que estuvieron antes, por las que vendrán, por las que no pueden salir a luchar”, agrega Castaño, al tiempo que subraya que “no aceptamos un feminismo diluido, cómplice de la explotación ni sometido a las reglas del mercado y del poder. El feminismo es abolicionista o no es feminismo”.