Inmaculada Michinina y su hija y los inquilinos de otros dos domicilios del número 3 en la Plaza Fragela de Cádiz tendrían que haber abandonado sus viviendas el pasado 14 de febrero. Pero no lo han hecho porque, una vez extinguido el contrato de alquiler la empresa inmobiliaria sevillana que ha adquirido la finca, no tienen a dónde ir.
“Llevo 13 años en el Registro Municipal de Vivienda”, relata Michinina, pero nunca ha obtenido un piso de Procasa. En su actual hogar suma una década. El coste mensual es asumible, algo más de 300 euros. “Soy madre y mileurista”, remarca, por lo que las opciones de encontrar otro inmueble son limitadas.
Tampoco ha logrado dar con una vivienda asequible en otras localidades de la Bahía. Querría quedarse a vivir en su ciudad, pero, dada la necesidad, no descarta trasladarse a La Isla o Chiclana. Sin embargo, los precios también están por las nubes.
La promotora de las once viviendas en Plaza Fragela 3 no les ha ofrecido alternativas, lamenta. Ni siquiera opción a compra. “Solo esperan a que nos vayamos”, agrega.
Y hay prisa. La empresa remite burofaxes recordando la situación en precario en la que se hallan. “Tenemos rabia y miedo”, admite, porque paga la mensualidad en el Juzgado, pero teme que se fuerce la salida. Los propietarios de la finca prevén acometer una reforma del edificio, que no se encuentra, en absoluto, en estado ruinoso, para comercializar once viviendas, de uno y dos dormitorios. De acuerdo al dossier, lo más destacable es que tendrá cubierta transitable y, las zonas comunes, contarán con mármol, ascensor con capacidad para seis personas y una piscina en cubierta sobreelevada, con vistas a la plaza del Falla.
“Son pisos de lujo”, sentencia Michina, en la línea de la denuncia realizada por Adelante Izquierda Gaditana. Impotente ante la respuesta del Ayuntamiento, que no dispone de alquiler social, denuncia que “esta inversión no es para Cádiz ni para los gaditanos”, y remarca que, como trabajadora, solo demanda un hogar que pueda pagar.