Una situación creciente de competencia desleal, intrusismo e incluso de “piratería” es la que vienen sufriendo los afiliados a la Asociación de Talleres de Reparaciones de Automóviles (ATRA), colectivo éste que ha presentado últimamente un total de 70 denuncias a talleres que operan en la provincia gaditana de manera “irregular”.
José Muñoz, secretario de la Femca, Federación Provincial de Empresarios del Metal que engloba a las asociaciones provinciales de Comercio de Metal, de Empresas de fontanería, climatización, gas y afines; de Industrias Auxiliares Navales; de Industria del Metal; de Talleres Electrónicos Oficiales (ATO); de Puertas Automáticas de Cádiz (Aepac); de Industriales Instaladores de Telecomunicaciones de Cádiz (Apitel): de recambios para automóviles de Cádiz (Areca) y, por supuesto a ya mencionada ATRA, habla sin tapujos de “piratería” y afirma que “alrededor del 25 por ciento de la actividad de talleres de automóviles está copado por los talleres ilegales”, lo que supone una “grave amenaza” para este sector empresarial.
Apunta Muñoz que no es que se trate de talleres cerrados a cal y canto dentro de una manifiesta clandestinidad, sino que se da comúnmente en el caso de negocios que siendo legales para otros cometidos, no lo son para estos de reparación. Valga como ejemplo algún taller de neumáticos o de chapa y pintura que siendo talleres que tratan al automóvil, no son los recogidos como de reparación del automóvil.
Cuantificando el daño de los talleres ilegales, Muñoz señala que “hay un millar de actividades en la provincia y unas 80 o 90 en la capital gaditana, de los cuales el 25 por ciento son ilegales”. Con lo que podría decirse que más de 20 talleres de Cádiz y unos 250 en la provincia desarrollan unas labores que no le son propias. “Es este un sector que está muy intervenido por las administraciones. Como ejemplo, Consumo establece y controla hasta el tipo de letra de la cartelería o Medio Ambiente y el Seprona están al tanto de cada recogida de trapos, aceites y demás residuos, que deben quedar registrados”.
La voluntad de ahorrar costes es lo que diferencia los talleres legales de los que ejercen actividades ilícitas. Así, desde ATRA recuerda que las denuncias presentadas hacen referencia a “entidades que campan a sus anchas sin el preceptivo registro en Industria, que no cumplen con la normativa de consumo, que no respetan la normativa sobre residuos de una manera consciente o que, simplemente, no se encuentran de alta, ni como autónomos, ni como trabajadores por cuenta ajena”.
A Industria, precisamente, ha enviado desde esta Asociación una última consulta referida a los boxes, un nuevo tipo de negocio en el que se supone que es el particular el que lleva su vehículo a revisar por sí mismo, “cuando en muchos de los casos se acompañan de mecánicos que ni pagan impuestos ni cumplen con ningún requisito ni normativa”.
