El secretario general de Infraestructuras, Manuel Niño, ha asistido este lunes al inicio de las operaciones de izado de la última dovela del tramo atirantado del nuevo puente sobre la bahía de Cádiz.
Según explica Fomento en una nota, el tramo atirantado es la estructura más singular del puente, con sus 1.180 metros de longitud y una luz entre pilonos (grandes pilas) de 540 metros, la mayor de España.
Los pilonos tienen una altura de 185 metros y sirven de anclaje de los tirantes de acero que sustentan el tablero. El gálibo vertical bajo el tablero es de 69 metros para permitir el paso de grandes embarcaciones.
Por lo que se refiere al propio tablero del tramo atirantado, está constituido por 63 tramos de acero (dovelas) de 20 metros de longitud media. Estas dovelas se preconstruyen en taller, se transportan a obra, se terminan de montar, se elevan hasta su posición mediante carros de izado y se sueldan con las colocadas previamente, de manera que el tablero va avanzando en voladizo desde ambos pilonos al mismo tiempo que se van instalando los tirantes que proporcionan sustentación.
Las primeras dovelas, tres en el pilono de tierra y cuatro en el de mar, se colocaron empleando grúas de grandes dimensiones. Seguidamente se elevaron los carros de izado y las plataformas desde donde ejecutar las soldaduras. En el caso del pilono de mar la grúa fue flotante (cabria). Una vez colocadas estas primeras dovelas, el resto se elevaron empleando los propios carros de izado.
La última dovela que se iza tiene una longitud excepcional de 50 metros y un peso de 1.000 toneladas, y permite conectar el tramo atirantado con el tramo desmontable que se elevó en enero.
Tras el cierre del tablero del tramo atirantado, queda pendiente terminar el hormigonado que se está realizando con un carro de encofrado en el tramo de hormigón.
Posteriormente, se procederá al inicio de los trabajos finales de colocación de juntas, afirmado, señalización, ejecución de pruebas de carga, instalación de barreras e iluminación, y acabados de obra.