La Vuelta al Cole llega con antelación a la Asociación Amigas al Sur, que desarrolla su acción social, solidaria e impagable en la barriada del Cerro del Moro. Y es que como explica su presidenta, Pepa Fernández, este viernes “empezamos con 26 a los que les damos la comida, al igual que todos los años porque los niños siguen hasta que salgan del Instituto”.
Cuestionada sobre los recursos con los que cuenta, nos indica que “tenemos algo de leche y también galletas, aunque poco más. Nos han hecho una gala de Carnaval hace unos días en la que hemos recaudado algo, pero da para lo que da, porque no es solo los desayunos, es la cocina y muchas cosas más”.
Lo cierto es que mantener “esta estructura conlleva mucho, esto no se mantiene con aire”. Por ahora, “tenemos para cubrir este mes de septiembre, pero para después volveremos a estar sin nada”.
Sus previsiones para llenar la despensa pasan por esperar “respuesta de personas y entidades que tienen compromisos con nosotros, como los Servicios Sociales desde donde nos han comunicado que van a buscar fórmulas para poder ayudarnos, pero de momento estamos a la espera, todavía no hay nada seguro”.
Sea como fuere, “y como este próximo lunes comienza el curso, cumpliremos además con nuestro compromiso de hacer entrega a los 26 niños y niñas el material escolar, tal y como venimos haciendo desde hace varios años. Lo haremos con el sobrante del año pasado y con nuevos materiales que vamos a comprar para equipar a estos 26 menores. Pero no podemos darle material a más niños, es imposible atender a todo el barrio… imagino que Cáritas y la Asociación de Vecinos los atenderá… nosotros tenemos que buscar recursos para desayunos y comidas”.
La cocina solidaria ha estado dos meses cerrada este verano pero su acción solidaria ha seguido. “No podíamos tener la cocina abierta aunque hemos atendiendo a las familias necesitadas con alimentos del Banco y de la Cruz Roja, y con vales de una donación privada que tuvimos, pero ya desde el pasado día 5 volvimos a reabrir la cocina”.
La situación a mejorado algo, indica Pepa Fernández, ya que “de atender en la cocina a 126 personas, tenemos ahora 79 personas, de las cuales 26 son niños. Son algunas personas menos que otros años y eso nos da un pequeño descanso, aunque no mucho”.
Por lo demás, “el día a día sigue centrado en buscar recursos”. Al respecto, están “esperando que el Ayuntamiento cumpla su compromiso de adecuarnos la cocina para homologarla, cuyo proyecto está hecho, y estamos a la espera del permiso para empezar la obra y poner esto en condiciones y no tener más problemas”.
