La Guardia Civil en el marco de la operación “CARDIFF” ha desarticulado a la denominada "banda del BMW", especializados en los robos con fuerza en establecimientos y viviendas. En la operación se ha detenido a 10 personas e investigando a otros 7 más y se ha procedido al registro de 6 viviendas donde se han recuperado 6 vehículos que la organización había sustraído y multitud de efectos procedentes de los robos.
A los detenidos se les imputan los delitos de robos con fuerza, atraco, robo/hurto uso de vehículos, tráfico de drogas y pertenencia a organización criminal,. Asimismo, la Guardia Civil ha esclarecido hasta el momento un total de 25 delitos.
La organización utilizaba para sus desplazamientos vehículos de gran cilindrada que previamente habían sido robados, los cuales tras utilizarlos varias veces, vendían a otras organizaciones delictivas. En una de sus huidas, llegaron a embestir un vehículo de la Policía Nacional que les cerraba el paso, lesionando a los dos agentes e inutilizando el vehículo policial.
Estaban afincados en barriadas marginales de Sevilla y Jerez de la Frontera
La operación se inició cuando la Guardia Civil tuvo conocimiento, en diciembre del pasado año, de la existencia de un robo con fuerza y gran violencia cometido en un establecimiento de telefonía móvil de la localidad de Chipiona (Cádiz), donde sustrajeron una gran cantidad de material. Posteriormente, el mismo día se produjo otro robo en otro establecimiento de telefonía con el mismo “modus operandi”.
Las características que presentaban ambos hechos hicieron sospechar a los agentes que los robos podrían ser obra de una misma organización.
A raíz de diversas investigaciones, la Guardia Civil pudo constatar que se trataba de una organización criminal hermética, estructurada y ramificada, cuyo objetivo era el robo en el interior de establecimientos y viviendas vacías y habitadas mediante los métodos de alunizajes, butrones y otros similares.
Igualmente, se puso de manifiesto que los miembros de esta organización había creado unos vínculos muy cerrados ya que únicamente mantenían contacto entre ellos y evitaban la relación con personas ajenas o que no fuesen de su confianza. Esta organización estaba estructurada en varios grupos; un grupo obtenía la información previa de sus objetivos, otro que se encargaba de la logística y un tercer grupo se encargaba de llevar a cabo los robos. También había un encargado de "colocar" la mercancía robada, fundamentalmente en Marruecos.
Asimismo, los agentes constataron que la organización estaba afincada en barriadas marginales de Sevilla y Jerez de la Frontera, y se desplazaban por el resto del territorio andaluz, principalmente por las provincias de Sevilla, Huelva y Cádiz.
Utilizaban vehículos de alta gama
La organización operaba con grandes medidas de seguridad, como el constante cambio de teléfonos, domicilios, lenguaje cifrado y medidas de contra vigilancia, lo que dificultaba la plena identificación de sus componentes. Para la comisión de los robos, sustraían vehículos de gran cilindrada que utilizaban para la comisión de los delitos, vendiéndolos tras utilizarlos varias veces a otras organizaciones delictivas.
Esta organización diversificaba sus hechos delictivos a cualquier campo que les pudiese reportar beneficios, ya que lo mismo realizaba trapicheos de drogas a nivel individual.
Cabe destacar, el asalto a una vivienda habitada, donde disfrazados de miembros de las fuerzas de seguridad y armados, pretendieron robar un supuesto alijo de hachís a otra organización que guardaba en la vivienda.
La operación ha sido llevada a cabo por la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Guardia Civil de la Comandancia de Cádiz con el apoyo de agentes del Grupo de Reserva y Seguridad nº 2 de Sevilla y de la Unidad de Seguridad Ciudadana de Sevilla.