Hay personas que cuando hablan transmiten amor, pero el que se escribe con mayúsculas. Ese es el caso de Israel Cacheiro, profesor de Educación Primaria de los Salesianos de Cádiz, que está nominado a los Premios Educa Abanca como mejor docente del año 2018 en España. Su vida está llena de música, colores, niños y padres, porque como dice el lema, que preside su mesa en su clase de primero de Primaria ‘Juntos Sumamos’. Con 39 años es un auténtico apasionado de su profesión sobre la que investiga constantemente. Podría decirse que es inquieto a la vez que curioso y que apuesta por la innovación para meter el gusanillo a los pequeños tanto en su formación académica como en los valores que regirán la vida de estos pequeños cuando sean adultos.
Tiene luz en los ojos y cualquier padre que lo escuche sólo unos minutos desearía tenerlo como profesor de sus hijos. La nominación le llegó por sorpresa, a través de un correo electrónico que pensaba en un primer momento que se trataba de promoción publicitaria.
Su vocación como maestro le viene desde pequeño y desde hace dos años, cuando dejaba la coordinación de ciclo, se centraba en “cambiar la dinámica de la metodología tradicional”. Para ello se creó un grupo de trabajo que durante un verano entero estuvo dándole vueltas a la cabeza de cómo subir a estos pequeños de seis y siete años al carro de la innovación.
Israel es un “alma libre”. Todo -o la gran mayoría de las cosas que se le ocurren- las lleva a efecto y siempre de mano de los padres que “tienen que están involucrados. Intento que vengan a clase, que participen en grupos interactivos. Se convierten en profesores por un día y eso hace que los niños se animen y tengan ganas de trabajar”. Hacen directos desde facebook, lo que hace que los padres puedan saber qué hacen en clase y cómo actúan sus pequeños. “Son sus hijos, conmigo están dos años, y la educación debe ser una cosa que hagamos entre ellos y yo”. Para Israel Cacheiro “los padres son un pilar fundamental, tienen que estar a mi lado para que puedan entender por qué hacen estas cosas sus niños”.
Educación directa
Los pequeños, desde casa, cuando hacen las tareas mandan fotos a través de una aplicación, que les permite estar en contacto con el profesor y que después proyectan en el aula. Se llama motivar a unos pequeños que han creado una clase muy especial, llena de colores, con un sofá (traído por una madre), y con unas mesas que han tuneado con vinilos de colores, lunares, mariposas. Cada uno con su estilo. Y consiguiendo que su sitio de trabajo se convierta en un lugar cómodo y atractivo donde incluso hay quien tiene cojín en su asiento.
Entre su metodología con los pequeños usa la gamificación para convertir el proceso del aprendizaje en un juego, lo que no es lo mismo que jugar en la clase. Juegos, música, tecnología... Una mezcla que está dando muy buen resultado y que tiene como meta formar un tandem con las familias que “nunca deben dejar de lado que ese poco tiempo que tenemos sea para sentarnos con nuestros hijos, Hay que crear ese equilibrio entre los maestros y los padres”. Una pasión que recuerda al profesor Keating del Club de los Poetas Muertos.
La nominación
Los Premios Educa Abanca se convocan por segunda vez en España para reconocer públicamente la buena praxis docente y elegir a los mejores. Hasta Galicia, que es donde se convocan, han llegado 2.000 propuestas de profesores de toda la geografía española, y tras una selección han quedado un centenar que ahora deben entregar un reconocimiento de méritos, donde se valoran el tipo de actividades que realiza, las redes sociales, actividades sociales y la enseñanza en valores. Una prueba para la que le deseamos toda la suerte del mundo.