Este pasado miércoles, 15 de mayo, agentes de la Guardia Civil pertenecientes a la Unidad Central Operativa, UCO, al servicio de la Policía Judicial, desarrollaron una operación en la provincia, concretamente en Cádiz capital y en San Fernando, relacionada con el tráfico de EPO, eritropoyetina, una hormona cuya función es mantener constante la concentración de glóbulos rojos en la sangre. Es decir, que aumenta el volumen de oxígeno en la sangre, con lo que facilita el trabajo muscular y de ahí que sea muy demandada en el ámbito deportivo y esté relacionada por el dopaje.
Según fuentes cercanas a la Guardia Civil, la operación se llevó a cabo en un piso del centro de San Fernando, y también en una vivienda del casco histórico de Cádiz capital. En ambos domicilios, que fueron registrados, se buscaron pruebas de esta sustancia dopante.
Al parecer la operación se ha centrado en destapar una trama en la que en principio estarían implicados un profesional relacionado con la sanidad, que trabajaría en un centro de diálisis de la zona, y una mujer a la que se le había trasplantado un riñón recientemente, que es quien dispondría de las recetas para la obtención de EPO sintetizado. Pero desconocemos hasta ahora el alcance de la investigación y la amplitud de la red dedicada a la venta de EPO, así como el número de personas implicadas.
El piso de San Fernando, siempre según estas fuentes, pertenece a la mujer que había sido trasplantada de riñón. Todo hace indicar que supuestamente tenía acceso a recetas a su nombre para conseguir eritropoyetina, EPO, hormona que se logró sintetizar en laboratorios de medicina allá por los años 80 del siglo XX y cuyo fin primero era terapéutico, sobre todo para ayudar precisamente a pacientes con problemas renales a los que se les ayudaba a aumentar los glóbulos rojos.
En la vivienda de Cádiz capital, en este caso según otras fuentes ajenas a la Guardia Civil, pertenecería al hombre que presuntamente trabaja en un centro de diálisis, lugar donde contactaría con la mujer de la Isla, sellando un supuesto acuerdo con el negocio alrededor de la EPO como principal eje.
En cuanto al número de detenidos, las fuentes hablan de al menos una persona detenida, al parecer el varón que trabaja en el centro de diálisis, mientras que la mujer estaría bajo arresto domiciliario, aunque son datos sin confirmación oficial aún.
A la mujer se le acusaría de presunta complicidad para que mediante sus recetas, la otra persona consiguiera EPO que luego se vendería, supuestamente, en el mercado negro.
Se desconoce si el detenido se encuenta ya en libertad con o sin cargos.