Las dudas y la incertidumbre de padres y madres se han mezclado con los nervios y la ilusión de los más pequeños en la ‘vuelta al cole’. Un inicio de curso muy diferente al que estábamos acostumbrados. Después de casi seis meses los colegios volvían a llenarse de vida, aunque de manera progresiva y con mucha precaución. Algunos centros, como el CEIP Carlos III, dividió los grupos en dos para que acudieran en turnos diferentes y así evitar que se acumularan demasiadas personas en la entrada.
Aunque el centro ha hecho lo que ha podido, los recursos no son los adecuados en este momento, deberían haber bajado la ratio y haber doblado a los profesores”En las caras de los progenitores podía verse la inquietud al no saber cómo va a desarrollarse el nuevo curso presencial con una pandemia que sigue presente. Una de las madres que esperaba para recoger a su hijo en el primer turno reconocía estar viviendo la vuelta “muy preocupada” ya que “son niños muy pequeños y es complicado que controlen el contacto en el aula; aunque es algo bueno para ellos no sabemos dónde nos puede llevar”. “Traigo a mi hijo sin estar segura de estar haciendo lo correcto, porque de un lado está el componente social, que ya llos lo van necesitando, pero por otro está lo principal, que es la salud”.
A su lado otra madre asiente y añade: “Yo he traído a mi hija porque ella tenía muchas ganas, pero por mí no la hubiese traído. No considero que en el colegio haya un riesgo extra, sino el mismo que en otro sitio, pero tengo la incertidumbre de no saber lo que pasa en esas horas en las que está en el centro”. Ambas coinciden en que “aunque el centro ha hecho lo que ha podido, los recursos no son los adecuados en este momento, deberían haber bajado la ratio y haber doblado a los profesores”.
Entre los más pequeños hay de todo. Los que reconocen tener muchas ganas de volver y ver a sus compañeros, “aunque sea dándole el codito por el coronavirus”, y los que dicen estar “muy nervioso porque no sé lo que va a pasar”.
Los abuelos, otra pieza clave en la ecuación, también recuperaban este jueves la rutina de llevar y traer a sus nietos y nitas del cole. De hecho, ellos se mostraban más confiados. “Creo que las medidas que ha tomado el centro son buenas” aunque “nunca se tomen las medidas suficientes y alguna se quede atrás, con lo que estoy viendo creo y espero que todo salga bien”, argumentaba un abuelo.
Otra abuela añadía que “los niños han estado todo el verano en playas, piscinas, parques, plazas... y pienso que ahora mismo hay más control dentro de los colegios que en las calles”.
‘Mochilas colgadas’
Aunque ayer no todos volvieron a las aulas. Algunos padres y madres decidieron secundar la huelga promovida desde la Flampa Gades sin llevar a sus hijos al colegio. Es el caso de Jesús y Claudia, quienes se unieron “principalmente porque no se cumplen las ratios ni los sistemas de seguridad, no hay distanciamiento en las aulas, el ‘profesor Covid’ es profesor y no sanitario; en definitiva, se ha elaborado con prisas y sin cumplir la seguridad para los niños”.
Además indican que “creemos que esto atenta contra el sistema público de educación; si un problema tan grave como es una pandemia no se ha cumplido con un protocolo estricto ni se está dotando con docentes para ello, ¿a qué vamos a esperar para tener una educación pública de calidad?”.
El próximo lunes será el turno para los alumnos y alumnas de Secundaria, Bachillerato y Formación Profesional. Por lo que las próximas semanas serán clave para comprobar si las medidas son suficientes para controlar o no la expansión del virus.